Santiago Niño Becerra
Europa sigue parecida a cuando firmó la Paz de Westfalia.
Parece una cosa y es otra, como casi siempre. ¿Lo que dice Francia y su línea o lo que dice Alemania y la suya?.
La postura francesa, la de ahora, la que argumenta M. Hollande, la de salir por la vía de ir-a-más, es la del viejo modelo, la de utilizar las viejas herramientas que ya tenemos, la de volver a hacer lo que hicimos cuando el mundo fue bien; también las de los planes E aunque enfocados de otra manera, la de mutualizar la deuda cuando a lo que vamos es a que cada palo que aguante su vela.
Esa vía pienso es imposible porque supone volver a los métodos
parecidos que nos han llevado a donde estamos (porque no podían
llevarnos a otro sitio) y porque no hay una Europa sino muchas y, al
margen de lo que se quiera creer, pienso que muy poco conectadas no
porque intrínsecamente no se quieran conectar más, sino porque no es
posible hoy esa conexión. Esa es una de las diferencias entre Europa y
USA. USA tuvo su Guerra Civil, horrible y sangrienta, pero a partir de
ahí, se acabó la desunión; Europa ha tenido mil guerras igual de
horribles y de sangrientas y sigue parecida a cuando firmó la Paz de
Westfalia.
La postura alemana es racional y lógica: ¿cómo puede gastarse más de lo
que se tiene teniendo en cuenta que no es posible pedir prestado a los
marcianos y partiendo de la base de que todas las capacidades de
endeudamiento inexorablemente acaban alcanzando su límite físico?. Eso
es así, y no hay más, luego hay que dar la razón a esa postura porque la
tiene, el problema es que, o una postura como esa se adopta desde el
principio y se mantiene pase lo que pase y suceda lo que suceda para
evitar llegar a donde se ha llegado, o, sino, debe introducirse en ella
la flexibilidad porque su evolución es el desastre. Es una postura pura y
casta, pero Alemania olvida que su reunificación la financió toda
Europa y los mayores beneficios de la misma han sido para ella. Y
también olvida que de todo ese dineral que dio dentro de la batería de
fondos estructurales y de cohesión gran parte del mismo fue para comprar
los votos de los países mayoritariamente receptores de los mismos a fin
de que entrasen en la UE aquellos países antes llamados PECOS, una
entrada que a quien más ha beneficiado ha sido a Alemania.
La verdad no es sólo de un color ni sigue la línea recta; y no digo
'¡Ojala fuese así!' porque si lo fuese no lo soportaríamos: aún somos
humanos.
Vuelvo a lo que ya he dicho: el problema número 1 de Europa (y del
planeta) es la deuda: prácticamente nadie puede pagar todo lo que debe;
el problema número 2 de Europa (y del mundo) es el volumen de porquería
que se halla diseminada por todas sus entidades y mercados financieros;
el problema número 3 de Europa (y de lo que la contiene) es el exceso de
capacidad productiva teniendo en cuenta la escasez de recursos
existente y la capacidad de consumo de las personas físicas y jurídicas
que lo habitan; el problema número 4 de Europa (y de eso de denominamos
La Tierra) es el de que existe un excedente de población activa que
nunca va a ser absorbido porque ni es necesario ni va a volver a serlo:
la necesidad del Ejército Industrial de Reserva desapareció hace mucho
tiempo, entre unas brumas, del mismo modo como algunos dicen que
desapareció la Legión IX.
Esos son los problemas, no la emisión de Eurobonos: emitiendo Eurobonos
no van a resolverse esos problemas; pero miserizando a colectivos
enteros tampoco van a resolverse.
En Febrero del año en curso se firmó algo positivo: alcanzar un déficit
estructural del -0,5% en el 2020; todos los países de la UE, menos dos,
firmaron eso, y esos, que acabarán firmando, no son miembros del euro.
Ese, pienso es el camino: acuerdos globales, a un plazo lógico, con
tiempo para ir haciendo lo necesario si es que de verdad se hace.
Francia ya tiene problemas, de sostenibilidad porque está intentando
mantener una grandeur que empezó a írsele hace tiempo, bastante, en
Viena cuando se firmó un tratado al que España ni siquiera fue invitada;
y Alemania los va a tener porque le faltan ideas para manejar sus
recursos y sus excedentes momentáneos.
Ese, pienso, es el camino: la elaboración de trajes a medida, y barrer
las ineficiencias, y abordar los cuatro problemas enunciados. Seguir con
'más de lo mismo' no lo es porque ya no hay más ni nada es lo mismo a
como fue.
Veamos. Si "la cifra que necesita el sector financiero español no es muy
alta" y "España no tiene abierta la puerta de los mercados" (Sr.
Ministro de Hacienda del reino el pasado Martes en el Senado (El País
06.06.2012, Pág. 22), quiere ello decir que los mercados ni siquiera
prestan a España una cantidad que no es alta. ¡Ni siquiera eso!. Aquí ha
llegado España y por eso necesita a Europa, para que le preste a los
bancos españoles debido a que a Europa no le interesa que quiebre ningún
banco español mientras que a los mercados, pienso, hoy les importa un
bledo que eso suceda.
Más. Si España no tiene un problema de volumen de deuda pública (no: no
lo tiene) pero el Sr. Presidente del Gobierno, el mismo día en el mismo
lugar, pidió que se pongan en marcha, ya, los Eurobonos , es que los
problemas que se espera va a tener mañana España para colocar su deuda
pública -el volumen que sea-van a ser monstruosos y por eso se buscan
apoyos externos que el Sr. Presidente del Gobierno metió en un saco que
podría llevar la etiqueta de 'más Europa'.
Y todo esto se ha movido en dos semanas.
Dos preguntas: 1) ¿en qué estado se halla, de verdad, la economía
española?, y 2) ¿qué expectativas, reales, tiene la economía española?.
Pienso que eso-que-antes-se-llamaba el pueblo español tiene derecho a
conocer las respuestas a esas preguntas (y si no lo tiene que se
explique el porqué).
Por todo ello el auténtico subidón será que la selección del reino gane
la Eurocopa, ¿no?.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School
of Management. Universidad Ramon Llull.
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