El nivel de estrés de los mercados financieros españoles se mantiene bajo
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) reveló este lunes que el nivel de estrés de los mercados financieros españoles se mantiene en torno a 0,20 puntos, dentro de lo que se considera un nivel de estrés bajo.
A final de enero, el indicador se situaba en 0,19 puntos. Los mayores niveles de estrés se observan en el segmento de intermediarios financieros (compuesto mayoritariamente por bancos) y en el segmento de renta fija. En el sector bancario, la caída prolongada de las cotizaciones originada por las incertidumbres que pesan sobre el desarrollo del negocio de estas entidades junto con los aumentos puntuales de volatilidad explican el mayor nivel de estrés. Los indicadores de liquidez y volatilidad son los responsables del incremento en el segmento de renta fija.
La nota destaca el contexto de desaceleración mundial actual, relacionado los desacuerdos en materia de intercambios comerciales, las dudas en torno al resultado final del brexit o la falta de consolidación fiscal en algunos países europeos.
En España, esta desaceleración también se produce, pero a un ritmo inferior al de la zona del euro. Así, las últimas previsiones del FMI sitúan el crecimiento del PIB en 2019 en el 2,2% (2,5% en 2018), frente al 1,6% en la zona del euro (1,8% en 2018). Los retos más relevantes de la economía española siguen ligados al elevado endeudamiento de algunos sectores, en particular de las AA.PP., al envejecimiento de la población, a las dificultades del sector bancario para elevar su rentabilidad, a la todavía elevada tasa de desempleo y al grado de fragmentación parlamentaria.
Los mercados de renta variable españoles han reflejado, como otros mercados de nuestro entorno, las incertidumbres mencionadas, que han pesado más que el relativo buen tono de la actividad económica. La evolución de las cotizaciones fue especialmente desfavorable en el último trimestre de 2018 (el Ibex cedió un 9%), elevando las pérdidas anuales del principal índice hasta el 15%.
En enero se produjo una recuperación significativa de los precios de las acciones (6,1%), que en algunos casos se situaban en niveles atractivos tras las fuertes pérdidas de 2018. Sin embargo, el mercado sigue mostrando una elevada sensibilidad a la aparición de informaciones no alineadas con las expectativas de los analistas. En términos sectoriales, las entidades bancarias son las que atraviesan por un momento más complejo dada la variedad de factores que afectan (o pueden afectar) al desarrollo de su negocio.
Por otra parte, es importante resaltar los diversos efectos que pueden derivarse del previsible retraso del proceso de subidas de tipos de interés en la zona del euro, a la vista de las declaraciones efectuadas por el BCE. El mantenimiento de los tipos de interés en niveles bajos durante más tiempo reduce el riesgo de incremento de los costes financieros pero preserva los incentivos a endeudarse en una economía que presenta unas tasas de deuda elevadas (aunque en descenso).
También mitiga la probabilidad de pérdida de valor de los activos de renta fija a corto plazo pero mantiene los incentivos a invertir en activos más arriesgados (search for yield). En este sentido, un deterioro adicional del entorno económico podría traducirse en un repunte de las primas de riesgo de crédito de los activos de mayor riesgo (high yield) y perjudicar a los inversores en estos activos.