Análisis de Open AI
Christophe Pouchoy, gestor del Echiquier Artificial Intelligence de La Financière de l’Échiquier
OpenAI ha anunciado la captación de 6.600 millones de dólares, con una valoración de 157.000 millones, gracias a la participación de Microsoft, los fondos de capital riesgo Thrive y Khosla Ventures, Softbank, la sociedad de inversión emiratí MGX y otros fondos.
La valoración de la empresa ha aumentado en más de 70.000 millones en 9 meses –86.000 millones en el momento de la última captación de fondos y 14.000 millones en 2021–, pero al mismo tiempo sus ventas se han disparado –frente a los 1.000 millones de ventas en 2023–. En junio, la dirección de OpenAI dijo que iba camino de unas ventas anualizadas de 3.600 millones de dólares, y más recientemente indicó que esperaba unas pérdidas de 5.000 millones este año, dados sus elevados costes operativos. Para el año que viene, se prevén ventas superiores a los 11-12.000 millones de dólares, lo que representa un crecimiento de más del 100% en un año.
En este contexto, la valoración de 157.000 millones de dólares representa un múltiplo de 13-14 veces las ventas, lo que parece aceptable para una empresa cuyas ventas podrían duplicarse en un año. Para las empresas de software de gran capitalización, este múltiplo de valoración a veces puede superar las 25-30 veces para este tipo de crecimiento, pero generalmente las empresas son rentables, lo que no es el caso de OpenAI –este hecho explica seguramente el descuento–. Además, la reciente salida de varios ejecutivos y personal clave de la empresa también puede haber afectado a la valoración en el momento de la captación de fondos, al igual que una cláusula que exigía a los inversores potenciales no financiar a ninguno de los competidores de OpenAI.
OpenAI debería utilizar los fondos captados para aumentar su capacidad de cálculo, reforzar su organización con un aumento de personal –costoso porque los salarios son altos– y atraer a los expertos en IA que todo Silicon Valley está acaparando.
La empresa también quiere aumentar la I+D para perfeccionar sus modelos, y el aumento exponencial del tamaño de los grandes modelos lingüísticos requiere capacidades informáticas cada vez más masivas y, por tanto, caras.
OpenAI emplea actualmente a 1.700 personas en I+D, ventas y funciones operativas, lo que representa un importante coste fijo. También tiene que alquilar capacidad de cómputo a Microsoft –estimada actualmente en 3.000-4.000 millones de dólares–, lo que explica el alto nivel de pérdidas actuales. El apalancamiento operativo proporcionado por el fuerte crecimiento de las ventas y la masa crítica debería permitir reducir el peso de estas pérdidas –en % de las ventas–, pero la inversión continua –en hardware y recursos humanos– debería seguir pesando en los costes operativos.
Por el momento, la empresa sigue teniendo un estatuto de fundación con entidad comercial, pero este modelo podría evolucionar hacia una estructura de sociedad comercial en la que la mejora de los márgenes podría ser más prioritaria. De hecho, a los inversores de la última ronda de financiación se les ha concedido el derecho a convertir sus fondos –en bonos con un rendimiento del 9%– si OpenAI no se convierte en una empresa comercial en los próximos dos años.