A continuación, te ayudaremos a saber si puedes estar padeciendo el síndrome del quemado en el trabajo, y te proporcionaremos soluciones para poder afrontarlo.
Para saber si puedes estar padeciendo el síndrome del quemado en el trabajo, primero debes hacerte unas cuantas preguntas: ¿Te levantas cansado diariamente? ¿Sientes que la monotonía se ha apoderado de tu trabajo? ¿Has perdido la ilusión por un empleo que antes te apasionaba? Puede que te ayude saber que no eres el único que está sufriendo esto. Según uno de los estudios más completos sobre la satisfacción laboral que fue realizado en 140 países, tan sólo el 13% de los empleados confiesa ser feliz en su puesto de trabajo. Mientras que el 63% reconoce que no siente ningún tipo de motivación en su empleo, y uno de cada cuatro reconoce abiertamente que lo detesta.
Los datos demuestran que uno de cada cuatro trabajadores se plantea cambiar de empleo en los próximos seis meses, y siete de cada diez miran, por si acaso, mejores ofertas laborales.
Otra investigación revela, además, que el 40% de los trabajadores se plantean cambiar de empleo en los próximos seis meses. Este tipo de personas suelen sufrir algún grado de desgaste profesional. Y es que, por desgracia, se trata de una afección cada vez más común, y se conoce como el síndrome burnout o síndrome del quemado. Según varios psicólogos, este problema es una respuesta al estrés laboral crónico derivado de la continua actividad laboral, y aseguran que es mucho más frecuente si se trabaja de cara al público. Este síndrome se caracteriza porque el afectado, percibe de forma negativa tanto su entorno laboral, como la gente con la que trabaja.
Los síntomas generales que tiene este síndrome, son los siguientes: agotamiento, desmotivación y cambios bruscos de humor, pena o incluso angustia.
El síndrome del trabajador quemado se puede detectar a través de varios signos, como cambios en el estado anímico, agotamiento mental ante el estrés (lo que hace que te bloquees ante el mínimo estímulo de ansiedad), desmotivación en el trabajo (lo que explica que olvides tus metas), y falta de energía y de rendimiento, a causa del agotamiento mental. Es más, el síndrome del quemado en el trabajo causa alteraciones psicosomáticas, como problemas gastrointestinales, afecciones de la piel e incluso dolores de cabeza, todo ello debido al estrés al que nos estamos exponiendo.
Consulta en este post cosas a tener en cuenta antes de cambiar de trabajo.
Sin embargo, a pesar de que este síndrome se extiende en muchas profesiones, no siempre es necesario dramatizar. Ante todo, debemos ser capaces de distinguir un mal día del síndrome del quemado en el trabajo, afirman los expertos. Pero no te preocupes, por suerte existen soluciones que pueden ahuyentarlo.
- Lo más importante es que aprendas a tomarte en serio. Sea lo que sea que logre disminuir tu ansiedad, debes practicarlo. Ya sea a través de la meditación, con un buen disco de música, leyendo o paseando. Piensa que es lo que realmente te puede ayudar, y dedícale un momento todos los días.
- Debes tener claro que no todo en tu vida se basa en trabajar. Encuentra cosas fuera del trabajo que te apasionen. Por ejemplo, una afición, practicar ejercicio, o convertirse en voluntario de alguna asociación protectora de animales. Como ya te hemos dicho anteriormente, lo ideal es que reserves un momento del día para poder hacer aquello que te gusta.
- Desconectar siempre es una buena idea. Descansa de aparatos tecnológicos, si es que los usas en tu trabajo. La tecnología ayuda a aumentar la productividad, pero también puede agotar mucho. Ponte límites y aléjate de las redes sociales o digitales en la hora de la cena, por ejemplo, y reserva un momento para hacerlo, sin presiones.
- El sueño es muy importante. Dormir menos de seis horas incrementa el riesgo de quemarse en el trabajo, aseguran los expertos. La falta de sueño agrava la fatiga y reduce su productividad. Es más, dormir durante más tiempo le puede proporcionar mejor memoria.
- Pon orden en tu vida. El desorden puede ser agotador e implica dedicar tiempo y energía a no olvidar algo que debe hacer más tarde. Organizarse de forma práctica le permitirá despejar la mente. Pruebe a hacer una lista con aquellas tareas que debe realizar, y luego priorice.
- Aprende a saber parar. Es muy importante reconocer las señales del estrés antes de quemarse: como el dolor de cabeza, tensión en el cuello y hombros, e incluso un malestar digestivo. Si detectas que los síntomas están empeorando, debes consultar con un profesional.
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