Ser tu propio jefe implica asumir los derechos y obligaciones de un jefe y de un empleado al mismo tiempo. Esta lucha interna es agotadora en la mayoría de las situaciones, pero ¿cómo mejorar la relación que tienes contigo mismo?
Primero, debes analizar el modo en el que te hablas a ti mismo. Intenta tratarte como tratarías a un empleado al que aprecias y valoras; con lo cual, no seas demasiado duro contigo mismo. En esto puede ayudarte el aprender algo o hacer algún curso sobre comunicación asertiva para mejorar tu diálogo interno y así cuidar tu autoestima.
Debes aprender de la experiencia. Igual que el paso del tiempo ayuda a las relaciones interpersonales en un entorno laboral, tu también debes ir conociéndote mejor a ti mismo y aprender como tratarte en cada momento. Reflexiona cuando tengas sentimientos malos o cuando hagas algo cuyo porqué no entiendes; practica la introspección.
También es interesante hacer un proceso de coaching, ya que siempre es enriquecedor cuando se quiere conseguir algo en el ámbito laboral. Aparte de eso, asume que eres una persona, y como tal tienes unas necesidades básicas entre las que está incluido el descanso. Ser tu propio jefe significa trabajar como el que más, pero nunca hay que forzar la situación hasta el agotamiento; esto no es malo solo para nuestra salud, es malo para la empresa también. Nunca descuides tu ocio por temas laborales. El mero hecho de ser emprendedor reduce bastante la opción de disfrutar del tiempo libre, por lo tanto hay que intentar siempre reservar al menos un día entero a la semana para dedicarlo a hacer lo que uno quiera.
Si has trabajado previamente en alguna empresa como empleado intenta aprender algo de tus anteriores jefes: recuerda que es lo que te gustaba y que era lo que odiabas. Así podrás reproducir las cualidades de tus ex-jefes y evitar sus fallos.
Sobre todo, no te agobies a ti mismo, no sirve para nada; ni mejora la productividad ni te hace más feliz.
¡Buena suerte! Yo intento trabajar esto día a día.
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Excelente tema