El empleo es una de esas cosas que no va precisamente como la seda en España, y se ha cebado con los jóvenes. Los jóvenes, que por cierto son los mejor preparados que ha parido España en su historia, y que han nacido y crecido en un entorno de bonanza económica en el que se les ha inculcado la idea de que todo irá a mejor, están frustrados.
Los jóvenes españoles esperaban todo de la vida, comerse el mundo, y este mundo a cambiado. Ahora no hay oportunidades en cualquier lado, y les costará muchísismo superar el nivel de vida que han tenido con sus padres. Está claro que tener mejor preparación que los padres y ver que la vida dará menos es duro.
Ahora, además, está de moda hacer perder el tiempo a los jóvenes. La generación mejor preparada de la historia de España está viendo ensuciada su cara al arrastrarse por empresas de trabajo temporal viendo ofertas de empleo que piden perfiles imposibles o que tienen demandantes a la espera, creándoles falsas esperanzas al hacerles pasar por varias entrevistas para nada.
Estar buscando trabajo es más caro que trabajar. A nivel económico, andar buscando trabajo implica un montón de gastos en transporte para ir aquí o allí a entregar un curriculum o a hacer una entrevista, puede que comprar un traje para ir elegante a las entrevistas, etc. Pero a nivel psicológico, el daño es debastador; el ser incapaz de encontrar un trabajo decente o relacionado con lo estudiado es muy duro. Tras años de universidad no poder acceder a un trabajo relacionado con los estudios es muy duro, y tener el mismo salario y condiciones laborales que las de alguien que se ha pasado esos años que los jóvenes preparados se han pasado la sombra de la biblioteca de la universidad en la playa tomando en sol, también es duro.
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