Qué te puede ocurrir si aceptas trabajar sin contrato

Ya en plena campaña de verano, las contrataciones aumentan de manera notable, teniendo en cuenta además que venimos de una situación tan complicada como el largo periodo de restricciones provocado por la pandemia.

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Esto se traduce en que, van a aumentar las ofertas de empleo, también disminuirá el paro, pero también volverán a aparecer los fraudes y la oferta de empleo negro. Una parte de la oferta de empleo, como ocurre en las épocas de crecimiento estacional, será irregular.

Antes de aceptar un trabajo sin contrato, es importante tener en cuenta que se trata de un tipo de trabajo ilegal que se encuentra tipificado en el código penal. Esto significa que es punible para el empleador, pero, que también puede llegar a serlo para el propio empleado. Esto es algo que se olvida, y que, sin embargo, tiene su importancia creciente, y, puede acarrear problemas serios con la justicia.

Además de lo anterior vamos a ver las principales consecuencias de trabajar sin contrato.

No tendrás cotización a la Seguridad Social ni derecho a desempleo

Esto es una consecuencia muy grave. El hecho de trabajar sin contrato lleva consigo generalmente la ausencia de cotización a la seguridad social. Por tanto, durante el tiempo que desarrolles ese trabajo, no estarás cotizando para tu futura pensión de jubilación, pero, tampoco para las bajas médicas, ni mucho menos para el desempleo. Es decir, te encontrarás en una situación de desamparo absoluto en relación a los derechos que la cotización a la seguridad social proporciona.

Al trabajar sin contrato, y no cotizar a la seguridad social, no se contabilizará el periodo trabajado para sumar tiempo, que, se exige para poder acceder a dichos subsidios.

No tendrás cómo reclamar derechos laborales

Si las dos consecuencias anteriores eran graves, esta es tanto o más. Al aceptar un trabajo sin contrato automáticamente estás renunciando a todos sus derechos laborales. Por ejemplo, si la empresa deja de pagarte, aunque podrías tratar de buscar una solución legal, va a ser muy difícil ya que los ingresos no declarados se consideran dinero negro.

Más aún, ante cualquier situación de imprevisto dentro del trabajo, por ejemplo, un accidente, no vas a tener una cobertura que si tendrías en un supuesto contrato. Es decir, estarás absolutamente desamparado tanto desde el punto de vista médico como, posteriormente, desde el punto de vista económico ya que no tendrás derecho a prestación alguna.

Todo esto sin olvidar que derechos sociales relacionados con el trabajo, o, cuestiones como la reclamación de indemnizaciones por despido, puede ser perfectamente vulnerados ya que no existe una relación contractual que los refrende, y a la que se pueda acudir en los juzgados en caso de necesidad.

Mucha gente se ve empujada, sobre todo en épocas de crisis, aceptar empleos de escasa calidad, o incluso trabajos basura. Es obvio que cuando la necesidad aprieta surge la falta de escrúpulos que lleva a ofrecer trabajo en estas condiciones. Algo similar ocurre con el trabajo sumergido, en el que, no se ofrece contrato y se reduce al trabajador a una mano de obra sin derechos, sin garantías y sin seguridad. Desde luego, y respetando las decisiones personales en función de la necesidad, nunca debería aceptarse un trabajo sin contrato legal.

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