Que la economía sumergida tenía una presencia notable es algo conocido que ha aumentado palpablemente en todos estos años de crisis en los que buscar trabajo de manera infructuosa también ha contribuido a arrojar a muchas personas a un modelo económico y laboral precario en todos los sentidos. Sin embargo, según el Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) el asunto podría ser mucho más profundo de lo que se puede llegar a pensar.
Según este Think Tank en nuestro país 1.8 millones de personas participarían este modelo de economía sumergida en el que al menos una parte de su salario se percibiría en dinero negro. Más aún, estos datos supondrían que Hasta el 11% del producto interior bruto nuestro país giraría alrededor del empleo sumergido.
¿Por qué tener trabajo ya no es garantía de estabilidad económica? las respuestas en este post
Los dos perfiles principales incluidos dentro de la economía sumergida se corresponden a los desempleados y a los jóvenes con dificultad de acceso al mercado laboral. En esta afirmación se incluye sólo los españoles que incurren en fraude laboral, figurando por ejemplo las personas inscritas como parados pero que trabajan sin altar a su vida social, o, los inmigrantes no documentados. Realmente las personas inscritas en los servicios de desempleo, siempre según la apreciación del CEC, que podrían estar desempeñando labores profesionales en empleo sumergido podrían representar prácticamente el 39% de este modelo de empleo nuestro país. Los inmigrantes aportarían otro 15% al cómputo global.
Independientemente de si estas cifras son más o menos correctas lo que resulta una evidencia es el aumento de la economía sumergida y del trabajo precario a lo largo de los últimos cinco años. Hoy en día la discusión en todo caso o de estar sobre un punto arriba o un punto bajo en lo que supone al PIB español el trabajo sumergido, pero, lo que es indiscutible es una presencia notoria, compleja y con no muy buena solución a corto plazo.
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