El recorte de personal, los despidos masivos en estructuras históricamente sólidas no sólo implica quedarse sin un sueldo, sino una serie de sensaciones que hace que las estructuras con respecto a lo que creíamos de nuestro trabajo caigan con su consecuente angustia.
La primera creencia que cae es que nuestro puesto era algo seguro por el desempeño, por la capacidad de trabajo o por lo que fuere. Ante un despido masivo en el que de un dia para el otro se pierden el trabajo y los compañeros directos, la sensación es de no ser imprescindible en la empresa y pasar a ser un peón que en cualquier momento puede ser reemplazado.
También cambia de ahí en más la relación con el trabajo, especialmente para empelados que han dejado pasado una vida dentro de una empresa.
Para que haya movimiento laboral uno debe moverse y tirado en un sillón es dificil que las oportunidades se acerquen. La inmovilidad trae a su vez el exceso de pensamiento infructífero. Estar en movimiento es participar de las asesorías que da el Estado. Suena a grupo de autoayuda, lo que puede resultar chocante, pero lo cierto es que reunirse con gente que está pasando por la misma situación es un marco de contención real.
– Trabajar en proyectos propios, diseñándolos, teniendo la cabeza ocupada en una idea productiva o bien ayudando en emprendimientos ajenos. Tener una actividad que obligue a seguir algún horario fuera de la casa, aunque sea la de ir a leerle a chicos de una escuela. Aunque parezca ridiculo es la obliogación de cambiarse, estar presnetable y sociabilizar, aún cuando estemos de mal humor. Estas pequeñas mantinene activo hasta que aparezca un trabajo.
– Estar atento a las necesidades del entorno. Los oficios nacen de una necesidad concreta de l entorno, es ver la posibilidad y quizas especializarse en esa dirección, aprendiendo de otros. Asi el nacimiento en tiempos de crisis de los “maridos a domicilio”. Hombres desempleados que comenzaron a realizar las tareas que podían y realizaban en sus casas: arreglar el lavarropas, solucionar problemas eléctricos, pequeños quehaceres domésticos.