En un momento tan complejo para buscar trabajo como el actual, algunos elementos de dificultad que ya suelen encontrarse en la búsqueda de empleo parece que se acrecientan. Uno de ellos es la sobrecualificación.
Por surrealista que parezca, estamos ante una realidad. Se suele decir que nada es bueno en exceso, parecería que tampoco en el terreno del empleo. A continuación, veremos con más profundidad hasta qué punto puede repercutir una sobrecualificación en el rechazo del futuro empleado por este aspecto.
Qué es la sobrecualificación
A priori, suena contradictorio, porque todos estamos acostumbrados a que prácticamente desde el inicio de nuestra preparación para el mundo laboral, nos aconsejen que lo mejor es poseer un gran nivel de conocimientos. Ya sea manejando varios idiomas y su importancia al buscar trabajo, obteniendo especializaciones sobre lo que estamos estudiando, etc. No obstante, existen empresas que rechazan a futuros empleados precisamente por tener un exceso de formación.
Esto es algo que puede pasarnos a cualquiera, desde personas jóvenes que acaban de finalizar sus estudios y se adentran en el mundo laboral, hasta personas de más edad que han perdido sus trabajos, para el que se encontraban muy formadas. Puede que te acabes de enterar de esto, pero sea cual sea tu situación, no hay que dejarse llevar por el pánico.
Tampoco es correcto realizar un currículum diferente en el que no se especifique dicha sobrecualificación, ya que a la larga es un problema tanto para nosotros al ocultar información a la empresa que nos contrate, como para la propia empresa.
Cómo responder ante la supuesta sobrecualificación
Ni el pánico ni el engaño son buenos, y por supuesto mucho menos en una situación como esta. Por lo tanto, lo que podemos hacer, nunca mejor dicho, es acceder a los empleos es tratar de acceder para los que estemos plenamente cualificados. Se trata de algo más fácil de decir que de hacer, lo sabemos, pero hay que ser pacientes y constantes, y sobre todo, realistas. Puede ser más complicado que nos contraten en un empleo de baja cualificación en cuanto a formación, como por ejemplo de repartidor, si disponemos de un nivel académico que se encuentra muy por encima de otros aspirantes a ese puesto de trabajo.
Si nos hemos formado durante años y de manera exhaustiva para un empleo en concreto, lo lógico es que tratemos de conseguirlo a toda costa. De todas maneras, es comprensible que las necesidades personales de cada uno son muy diferentes y que quizás urgen más los ingresos que la paciencia por encontrar el empleo que realmente deseamos. Por lo tanto, esto es más bien una cuestión de decisión personal por parte del trabajador.
Eso sí, no por todos los aspectos que acabamos de mencionar, hay que pensar que disponer de poca formación es lo más adecuado, porque no lo es. Realmente no es un tema sencillo, pero lo importante es tener en cuenta que la formación para los empleos continúa siendo altamente necesaria. No hay que pecar ni por defecto, ni por exceso.
Si tenemos claro el empleo que deseamos conseguir en el futuro, lo mejor es investigar acerca de la formación que resulta más necesaria, y a partir de ahí podremos obrar en consecuencia.
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