El mes de julio, el primero de la nueva normalidad, ha traído consigo datos bastante positivos respecto al sector laboral, entre otros, donde podemos ver como poco a poco la demanda de trabajo aumenta. Sin embargo, las cifras no están siendo las necesarias para devolver a todos los trabajadores parados de vuelta al mundo laboral.
Parados de larga duración
De esta manera lo constata el reciente informe proporcionado por Fedea, que analiza detenidamente los efectos que ha tenido la pandemia, tanto en la economía como en el terreno laboral en nuestro país. En él, aunque podemos ver que, efectivamente, el paro de corta duración se recupera con notable rapidez, el de larga duración no sólo no se recupera, sino que aumenta.
Por lo tanto, desde el pasado mes de febrero, el desempleo con un periodo de duración de más de doce meses ha crecido hasta afectar a un total de 208.000 parados. O, lo que es lo mismo, el paro de larga duración ha aumentado un 16,8% desde febrero.
Nos encontramos ante un problema que realmente se da con mucha frecuencia en los periodos de crisis económica, pero del que es muy complicado lograr salir. Según el informe de Fedea, tan sólo en el mes de marzo, cuando la pandemia estalló en España, se pudo registrar el mayor nivel de desempleo en tan sólo un mes de toda la serie histórica.
Por lo que, los datos positivos que podemos observar alrededor del paro en estos últimos dos meses, aunque especialmente en el mes de julio, se centran en el paro a corto plazo. Este ha conseguido descender 133.000 parados, lo que supone un dato que arroja bastante luz al mercado laboral, pero que se ve eclipsado por los 43.000 nuevos parados que se han dado en el mismo periodo de tiempo en cuanto al paro de larga duración.
El efecto del coronavirus en el empleo
Además, el informe destaca que durante estos últimos meses, el número de demandantes de empleo de todo el país ha aumentado hasta los 8,36 millones, lo que supone un aumento de 874.000 demandantes nuevos desde el pasado mes de abril. El origen de este crecimiento se encuentra en el ligero retraso del registro de demandantes ocupados, especialmente los demandantes que se encontraban afectados por el ERTE. Este crecimiento también supone un nuevo récord histórico, que supera a la cantidad de demandantes de empleo que hubo durante la crisis económica de 2013.
Siguiendo con los datos proporcionados por el informe, durante el mes de junio el número de demandantes sufrió una bajada de 94.745, superándose todavía más en julio ya que se alcanzaron casi 463.000 demandantes menos. En cuanto a los parados, la cifra se redujo de manera considerable por primera vez desde que comenzó la pandemia. Aun así, la variación interanual ha continuado creciendo hasta alcanzar los 847.000.
Para finalizar, y como ya hemos mencionado anteriormente, cabe destacar que esta evolución se ha dado hasta el mes de julio, en el cual el efecto ha sido más bien el contrario, al producirse bajas de paro muy superiores a otros años. Junto con las altas, que han ido decreciendo, regresando al periodo anterior de la crisis del 2009 al 2013.
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