A la hora de buscar trabajo es evidente que cualquier tipo de canal que utilicemos será bienvenido y que bien aprovechado puede valer tanto un modelo de acceso a las ofertas de empleo como otro. Sin embargo, existen canales indiscutibles como resulta ser internet o canales que nunca han perdido su importancia como por ejemplo las bolsas de empleo. De toda esta maraña de posibilidades corremos el peligro de olvidarnos a veces de opciones más cercanas, sencillas y en ocasiones mucho más efectivas como por ejemplo los contactos personales.
Y es que curiosamente tenemos la sensación de que el (poco) empleo que hoy se genera surge en su mayor parte de estos canales masivos como pueden ser la vez, los anuncios laborales en medios de comunicación, etc., pero este es un escenario un tanto diferente a la realidad.
Cómo no estropear una visita de trabajo
Existen realidades contra las que evidentemente no podemos hacer nada y mucho menos negar, uno estas realidades viene a decirnos que el porcentaje de personas que encuentran empleos a través de los llamados canales habituales hoy en día, entendiendo por canales habituales desde los anuncios de empleo en la red, en los medios de comunicación, e incluso los propios servicios de empleo, es, dentro cómputo global, algo más del 30% de las personas que acaban consiguiendo trabajo, ¿y entonces? nos preguntamos ¿a partir de dónde obtiene el empleo ese amplio porcentaje que falta?.
Pues la respuesta es bastante sencilla, a partir de las propias relaciones personales de los usuarios, en este caso de las personas sin empleo.
De esta manera podemos entender dos cuestiones realmente importantes.
- La primera de ellas es que a la hora de ofrecer empleo una buena parte de esa oferta, de quienes hacen esa oferta, en unos momentos tan complicados como los actuales, prefieren el hecho de referencias más cercanas, más sólidas en cuanto a que pueden ser directamente comprobadas y conocidas, algo que, si lo pensamos un segundo, tiene desde luego mucho sentido en un momento en el que realmente la demanda supera de manera apabullante a la oferta de trabajo.
- Desde luego lo anterior no quiere decir que debamos abandonar, si estamos en situación de desempleo, los canales tradicionales de búsqueda, sin embargo esta realidad nos tiene que hacer necesariamente volver la vista hacia la otra cuestión importante que podemos entender, en este caso a título personal, de las cifras anteriormente citadas; ¿cuales son realmente los recursos y contactos personales a los que podemos acudir en nuestra búsqueda de empleo?
Es importante que tengamos en cuenta que cuando hablamos de conocimiento personal o de contactos personales no hablamos exclusivamente de conceptos relacionados con personas cercanas o de nuestro entorno directo, no hace mucho tiempo podíamos ver en la prensa generalista como las llamadas bolsas de trabajo de las universidades o de los centros de formación profesional habían crecido de manera exponencial en cuanto al número de integrantes pero a la vez se estaba convirtiendo en un foco de atracción interesante para aquellos que ofrecen empleo, por cuanto se parte siempre de referencias mucho más centradas, realistas y contrastables.
Por tanto, del mismo modo que prestamos mucha atención a los canales habituales en los que se prodigan las ofertas de empleo, las personas en desempleo deben necesariamente realizar un estudio pormenorizado de sus contactos personales, ampliando en círculos dichos contactos y maximizando en todo lo posible los recursos que de ahí pueden surgir, ya que como vemos, es una posibilidad que nunca debemos dejar de lado.
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