Un gran profesor comentaba que a estas alturas de su carrera debería escribir o dedicarse a la investigación. Pero en un ataque sincericida dijo “No, la verdad es que no sirvo para eso, soy más activo que académico”.
Por suerte existen personas que pueden cubrir todos los puntos de un emprendimiento, incluso el marketing personal. Asistentes virtuales, ghostwriters, consultores referencistas, difusores selectivos de la información y muchos más.
En una empresa no esperamos que un gerente comercial escriba las notas del newsletter que le llega a los clientes y tomamos por natural que de eso se encargue un equipo de prensa. De la misma forma que no se espera que un operario haga las ventas.
Sin embargo tanto en el marketing personal como en los principios de un emprendimiento cuesta pensar que un equipo puede trabajar en algo tan básico como la redacción del proyecto o, en este caso, darle forma académica a un área del conocimeinto.
Los ghostwriters son escritores fantasmas. Escribas anónimos que ponen en palabras el conocimiento para personas a las que no les gusta ni les divierte escribir. Generalmente son consultados para tesis, monografias de grado, tesinas, hasta libros completos y autobiografías. Los hay especializados en rubros (como los traductores) que manejan terminología específica. Sólo es cuestión de saber encontrarlos.
Los ghostwriters son escritores a demanda y en muchos casos son ellos los que hacen las investigaciones junto con los autores, ayudan en la búsquedas de fuentes y de recursos. Son otra versión de los asistentes virtuales y trabajan como lo hacen los productores ejecutivos pasando al papel las ideas de los directores de cine y TV.
De esta forma, pensar las iniciativas desde un primer momento como la posibilidad de trabajarlas desde la multidisciplina, contar con los recursos no sólo materiales sino humanos, hace el camino mucho mas fácil desde el principio.
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