El autoempleo ha estado y está sin duda en la mente de la mayoría de personas que engrosa las listas del desempleo y diariamente se dedican a buscar trabajo. A pesar de que tampoco se puede hablar desde luego de un gran momento para el trabajo en la modalidad de autónomo, esta ha sido una salida elegida por muchas personas que han optado por crear sus propios negocios o empresas. El mayor problema sin ningún género de duda estriba en las dificultades de financiación de estos proyectos de auto empleo.
Lógicamente en una situación como la actual en la que ya sabemos que buscar trabajo resulta una empresa ciertamente complicada, no son pocas las personas que, como mínimo, en algún momento de ese periodo de desempleo por el que atraviesan se plantean la creación de un espacio propio laboral, de su propio puesto de trabajo a través de una pequeña empresa.
Sin embargo y como resulta comprensible tampoco estas pequeñas empresas se escapan en mayor o menor medida de la necesidad de financiación, algo que, desde la perspectiva de una persona en desempleo puede no resultar sencillo, veamos a continuación cuáles pueden ser los canales más habituales para tratar de obtener esta financiación.
Lógicamente si estuviéramos hablando hace tan sólo siete u ocho años probablemente el primer, y es posible que único, recurso al que acudiríamos es el de la financiación a través de las entidades bancarias, sin embargo, debemos tener en cuenta que la financiación no sólo se ha cortado por parte de las entidades bancarias en dirección a las grandes o medianas empresas, a la dificultad de obtener un crédito para el arranque de un proyecto laboral deberá unirse posteriormente la dificultad de obtener y mantener otros productos de financiación si es que son necesarios para el desarrollo de la actividad profesional elegida.
A través del Instituto de Crédito Oficial vamos a poder encontrar determinadas líneas de financiación orientadas precisamente a los préstamos a los autónomos, en algunos casos solicitando los importes al propio ICO y en otros casos a través de las compañías colaboradoras del Instituto.
Una de las opciones más habituales en la que en este tipo de circunstancias solemos detenernos es en el hecho de tratar de capitalizar la prestación por desempleo que nos corresponda, según la ley en el caso de los hombres de menor edad de 30 años y mujeres de menor edad de 35 la capitalización podrá alcanzar el 100% de la prestación correspondiente en un pago único, mientras que para el resto de desempleados función de superar dicha edad dicha capitalización se dividirá en dos partes, una primera correspondiente inversión inicial en la cual se podrá tener acceso a un pago del 60% de la prestación que corresponda y una posterior con el 40% que resta destinado a las cuotas de autónomo.
Por último, y a pesar de los grandes recortes que han llegado por supuesto a todas las administraciones, lo cierto es que siguen existiendo determinadas subvenciones que pueden partir de diferentes niveles de administración, desde la propia administración central hasta las entidades locales, por ello, resulta muy conveniente a la hora de plantearse el lanzamiento de un proyecto laboral revisar las posibles subvenciones a las que nos podamos acoger.
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