Sin ningún género de dudas cuando analizamos el perfil de los millones de personas que nuestro país deben buscar empleo en la actualidad uno de los datos que produce mayores escalofríos es el del desempleo juvenil, en el caso nuestro país tanto en el de otros países como Italia, Grecia, Portugal por citar algunos, de manera verdaderamente dramática, pero, en líneas generales, creciente en todo el ámbito europeo, debemos recordar que en 13 de los 27 estados miembros el desempleo juvenil supera el 25%.
Además del drama en sí mismo que supone que en algunos países citados más del 50% de la población activa joven no encuentra trabajo, uno de los mayores problemas de futuro de este desempleo juvenil descansa en el hecho de que cada vez en mayor medida el acceso a un empleo se realiza con mayor retraso de edad, lo cual a la vez contribuye a medio largo plazo en la cualificación dentro del desempeño laboral.
Durante la pasada semana, y en este sentido, asistimos a la presentación de una iniciativa legislativa dentro de la Comisión Europea orientada precisamente a buscar fórmulas que apoyen paliar estos datos de desempleo juvenil en Europa.
Incluido dentro del llamado Paquete de Empleo Juvenil, una iniciativa lanzada en el ámbito europeo que pretende incidir sobre el desempleo juvenil, la iniciativa que comentábamos buscar instalar en los países miembros lo que se viene nominar como cláusula de garantía, que de lo que podemos extraer de las informaciones, vendría a suponer un vehículo para permitir a aquellas personas que abandonen sus estudios sin llegar a concluirlos o de manera prematura el hecho de poder llegar a acceder a empleos de calidad a partir de más formación y educación.
En el espíritu de esta iniciativa, según podemos extraer de algunas declaraciones de los impulsores de la misma, está el hecho de evitar las dos velocidades dentro del marco laboral en Europa, un riesgo evidente del que se lleva opinando y advirtiendo los últimos cinco años de manera insistente por parte de de muchos analistas.
Esta iniciativa vendría entonces a materializarse en la solicitud por parte de Bruselas a los estados miembros en la adopción de dicha cláusula de garantía, en la que, como indicábamos, además de reivindicar el derecho al trabajo de calidad, se aportarán elementos como la educación continua, la formación para los aprendizajes de oficios, o elementos más novedosos como las prácticas en empresas en los cuatro meses posteriores a cesar los estudios. Para ello se debiera contar con el apoyo de la Comisión europea a los países que pongan en marcha esta garantía a través de recursos económicos provenientes en buena parte del Fondo Social Europeo.
Imagen 1 y 2: Vectorportal flickr creative commons // Images_of_Money Flickr Page flickr creative commons
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