El ecoturismo, como su nombre lo indica, se refiere a emprendimientos enfocados para turistas con relación directa con el medio ambiente. La idea principal es no dañar ni perjudicar el hábitat y es esta característica la que se usa como promoción de estas ofertas.
Se presenta como turismo alternativo, no convencional, y está enfocado a viajeros que optan por lo novedoso o interesadas en el respeto al medio ambiente natural de los lugares que visitan. También puede entenderse como que es la naturaleza la que propone el emprendimiento. Para disfrutar de los paisajes naturales las propuestas van desde windsurf, kayac, rappel, tirolesa, pesca deportiva, caminatas, surf o parapente.
Para desarrollar un proyecto de ecoturismo es necesario saber cómo está controlado el lugar, cuáles son las restricciones zonales, pero por sobre todas las cosas, saber sobre el lugar donde va a emplazarse. El desconocimiento es lo que destruye en ocasiones, aunque las intenciones sean buenas.
“Para hacer un parador se les ocurrió que iban a correr un medano, llegaron las grúas y las tuvimos que parar. Los medanos no son una montaña de arena nada más, hay todo un ecosistema debajo y son los para vientos de la playa. No se puede venir y cambiar la naturaleza sin creer que estás rompiendo un equilibrio natural”, cuenta Sandra, miembro de un grupo de defensa de medio ambiente en red con otras de todo el mundo.
Para pensar un emprendimiento “eco friendly” hay diferentes profesionales a quien acudir: biólogos, guardaparques, licenciados en medio ambiente, investigadores, zoólogos, etc. Las Fundaciones y asociaciones protectoras son una fuente a consultar incluso en algunos lugares es el mismo Estado el que tiene Secretarias o Subsecretarias de Medio Ambiente.
El problema es que en lugares muy agrestes a menudo no tienen profesionales especializados en las intendencias. “Se pueden hacer negocios con el turismo, el turismo es cultura y cultura es cuidar”, concluye Sandra.
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