Un error al emprender un proyecto determinado es creer que el plan inicial será el definitivo, sin lugar a las variables o a los cambios posibles.
Emprender implica, de por sí, entender que existirán imprevistos y parte de la diversión que genera un nuevo proyecto es la posibilidad de improvisar soluciones, o bien nuevos aspectos del mismo proyecto.
La incertidumbre que provocan los cambios es inevitable, lo mismo que las dudas, pero resistirse al cambio es contraproducente. Genera angustia, se gasta el doble de energías en tratar de detener el movimiento y no funciona.
– Para disminuir las ansiedad del cambio no hay que pensar las soluciones como proyecto individual. Para no ahogarse en el intento es necesario pensarlo en los términos del trabajo en equipo y en las posibilidades de delegar partes del proceso.
– De la misma forma, ante los cambios luego del susto inicial que puede producir, delinear soluciones que no dependan exclusivamente de uno le saca peso a los problemas imprevistos. Siempre hay un especialista para resolver cada situación. La clave está en una buena agenda.
– El proceso del cambio es la energía, el combustible que impulsa a la creación. La diferencia entre los emprendedores está en saber resolver a su manera, con su marca personal, los problemas comunes a los proyectos similares.
– La paralisis que producen los cambios a veces es mucho mas miedo puro, que realidad. Las preocupaciones son eso: Pre (antes) ocupaciones. Es mejor en este caso empezar con un leve cambio y OCUPARSE cuando llegue el momento de hacerlo.
– Los talones de Aquiles o puntos oscuros del proyecto también producen terror paralizante. A veces es mas él empeño gastado en tratar de evitar estas debilidades que en tratar de asumirlas y contemplarlas como posibles fallas que serán subsanadas cuando sea el momento.
– En contrapunto el hastío o la estabilidad a la que llegan determinados proyectos entendidos como procesos, en un momento se acaban y se pierde la química.
El objetivo que encendió la chispa para emprender tal o cual idea ya fue cumplido entonces la sensación se resume a un “ya cumplió su ciclo”. Este es el momento ideal para dejar ese proyecto que tanto nos involucró para empezar otro.
– Depresión post parto. Luego de que un proyecto que nos consumió tantas ganas y expectativa se convirtió en una realidad, pasada la euforia, puede llegar el vacío. Eso también es parte del cambio y es bueno saber que pasará y no asustarse. Hacer el duelo y pensar el próximo desafío.
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