El Covid-19 se ha extendido por todo el mundo de forma rápida e impredecible. Ha supuesto un antes y un después en nuestras vidas, no sólo por la forma que teníamos de relacionarnos con los demás, sino por los trabajos que se han perdido y la nueva manera de afrontarlos a partir de ahora.
El estado de alarma declarado a mediados de marzo para tratar de frenar la expansión del coronavirus en nuestro país, tuvo como desencadenante una crisis económica importante, de la cual no veremos una recuperación notable hasta el año que viene, como pronto.
Un modelo de empleo diferente y cambiante
Aunque parece que con las fases de la desescalada ya se recuperan ciertos puestos de trabajo, el panorama del mercado laboral es bastante diferente al de hace tan solo unos meses.
Es decir, a cada trabajo hay que sumarle todas las medidas de seguridad que deben llevarse a cabo a lo largo de la jornada laboral para evitar contagios y que no se de un rebrote que vuelva a ponernos a todos bajo un estricto confinamiento, por lo que estos cambios suponen una dificultad para realizar el trabajo.
Por otro lado, nos encontramos con todos aquellos empleados que todavía no pueden volver a sus puestos de trabajo habituales, y deben realizar su trabajo de manera telemática, algo para lo que la gran mayoría no se encuentra preparada, y tampoco parece que se estén adaptando muy bien. En base a un estudio realizado por expertos, se descubre que el 71% de los empleadores que realizan sus trabajos desde casa a causa del confinamiento, no se acaban de adaptar a esta forma de trabajo.
Además, un 65% afirma que ha sido realmente complicado mantener un buen ritmo de trabajo por parte de los empleados, ya que en un momento tan difícil para todos, la gente apenas tiene capacidad de concentración y trabajar de manera telemática exige una disciplina que no muchos poseen, y mucho menos ahora.
Pero no todo son malas noticias. El trabajo de manera telemática se está reconociendo como una alternativa muy viable, ya no sólo porque se evitan los contagios en oficinas, sino también porque las empresas ahorran dinero y para muchos empleados resulta más cómodo realizar el trabajo desde sus casas que tener que desplazarse un buen número de kilómetros hasta una oficina todos los días.
Es por estas razones que cada vez son más las empresas que se plantean continuar con el trabajo remoto aunque el estado de alarma vaya llegando a su fin, ahora que muchos locales y negocios han podido reabrir gracias a las distintas fases de desescalada por las que se está pasando en España para conseguir una nueva normalidad durante este verano, si todo sale según lo previsto.
La modificación del trabajo presencial
En el otro extremo, las empresas que deciden seguir manteniendo sus puestos de trabajo tradicionales, deben cambiar totalmente la manera de funcionar en el espacio de trabajo por el que sus empleados se muevan, ya que deben mantener una distancia social obligatoria y unas normas de higiene fundamentales para evitar contagios indeseados.
Será necesario que los trabajadores acudan a su lugar de trabajo con mascarilla, guantes e incluso portando gel higienizante, aunque este último se facilitará en el propio lugar de trabajo en la mayoría de los casos. Se revisará la temperatura corporal de todas las personas que entren y salgan del edificio, así como se mantendrá una estricta norma sobre la vestimenta del empleado. En base al puesto de trabajo que vaya a cumplir, como ya hemos mencionado, deberá llevar un EPP adecuado, como mascarilla y guantes o un uniforme completo que le proteja de posibles contagios.
Está claro que la pandemia ha cambiado por completo la manera que teníamos de vivir nuestra vida, también en cuanto al tema laboral se refiere. Lo importante ahora es continuar y reinventar el funcionamiento de las empresas para poder adaptarse lo mejor posible a estos momentos tan complicados.
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