En una situación compleja en el mercado laboral como la actual en nuestro país y, desde la perspectiva, por ejemplo, de un perfil joven, con estudios superiores y posibilidades reales de movilidad laboral, la percepción de la búsqueda de trabajo en otros países ha pasado de considerarse como una posible experiencia dentro de una vida laboral, a una opción abierta a contemplar como posible fuente de futuro profesional.
Diversas encuestas publicadas el pasado año 2011 y durante el primer semestre de este año 2012 demuestran que el número de trabajadores dispuestos a desarrollar actividades laborales en el extranjero se ha multiplicado de manera exponencial en los últimos años, alcanzando cifras cercanas al 50%, más propias en teoría de otras épocas pero que, en el fondo, casan muy bien con el panorama laboral de nuestro país.
Sin embargo deseo y realidad no son siempre una misma cosa y desde luego en este caso, las dificultades y obstáculos también forman parte del proceso que puede llevar a un trabajador de nuestro país a obtener empleo en el extranjero.
En la actualidad, dentro de un radio de acción medio, es en el norte de Europa y determinados países del centro del continente, donde se encuentran las mayores bolsas de oportunidad de empleo, dentro de sectores complejos como pueden ser tanto el tecnológico como el medioambiental.
En ambos sectores y en todos los casos, los perfiles buscados se han afinado realmente mucho y por tanto existen claves que son desde luego irrenunciables a la hora de plantearse en serio acceder a esas ofertas.
La preparación ante la demanda es una de estas claves. La pelea por un puesto de trabajo en estos destinos para el que nuestra cualificación no resulte, cuando menos, notable, no tiene sentido, será una pelea frustrante. El trabajador debe ser honesto consigo mismo en cuanto al análisis de sus capacidades reales frente a una oferta de trabajo de estas características, evitando desde luego gastar energía y tiempo en un proceso que, en el caso de reunir realmente el perfil demandado, no nos aportará nada.
El idioma es sin duda otra clave importante. Por regla general en la mayoría de los destinos un buen dominio del inglés puede ser suficiente a la hora de un proceso de selección, pero, no siempre será el único idioma solicitado. Del mismo modo que a la hora de analizar nuestras capacidades laborales frente a la demanda debemos ser capaces de analizar realmente nuestras posibilidades a la hora de trabajar y vivir en otro idioma diferente al nuestro.
Adaptarnos al país desde la propia solicitud de empleo es otro elemento más que importante en este camino. A pesar de que, efectivamente, existe un estándar a la hora de presentar una candidatura laboral, lo cierto es que no todos los países acostumbran a las mismas características a la hora de solicitar un curriculum. Ponerse en línea con el país emisor de la oferta descubriendo cómo son los formatos más usuales de presentar nuestra oferta de empleo ya es sin duda un buen comienzo que, en caso de seguir progresando, deberá ser continuado en siguientes pasos como las entrevistas personales.
Imagen 1 : Sean MacEntee flickr Creative Commons
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