¿Van a desaparecer los trabajos manuales?

Este es un debate muy antiguo. Hace cien años se decía que las máquinas sustituirán a los hombres en los puestos de trabajo. Ahora, aunque el debate es el mismo, tiene un trasfondo diferente: ¿la tecnología sustituirá el trabajo manual y qué empleos desaparecerán?

Es muy difícil, como es habitual en este tipo de preguntas, dar una respuesta que sea universal y satisfaga a todos por igual.

De hecho, cuando se trata de proyectar el futuro, hay factores imprevisibles que pueden cambiar cualquier previsión. Sin embargo, hay algunos aspectos importantes que podemos tener en cuenta en este contexto.

Aprender de la historia: cómo han evolucionado los empleos

Es bastante difícil entender el presente sin comprender el pasado. Este es uno de los secretos de la historia y su investigación.

Cuando hablamos de puestos de trabajo, la evolución de los modelos de producción a lo largo de la historia es más que evidente. Tomemos la agricultura, por ejemplo, y pensemos en cómo se gestionaba una granja hace 100 años y cómo se gestiona hoy.

Desde la Revolución Industrial, el debate sobre la relación entre los avances tecnológicos y el trabajo manual ha sido un tema recurrente. No creemos que esto sea algo nuevo, en absoluto.

Sin embargo, si la historia nos ha enseñado algo, es que la evolución de los procesos de producción trae consigo nuevos retos profesionales. Cuando hablamos de cambios en las prácticas laborales, es raro que la destrucción de un tipo de trabajo no haya traído consigo la creación de nuevos empleos.

Sin embargo, en este caso, el reto es diferente: la cuestión es saber si las nuevas tecnologías podrán sustituir definitivamente un amplio abanico de empleos centrados en la artesanía o el trabajo manual directo.

¿Qué empleos pueden desaparecer en las próximas décadas?

Aquí también tenemos un debate bastante complejo: no es posible establecer con certeza si un empleo va a perdurar o no en función de la evolución de la tecnología. Hay trabajos que se creían extinguidos hace décadas pero que, sin embargo, aunque sean residuales, siguen en uso.

Podemos distinguir dos grandes grupos de empleos manuales que pueden verse amenazados por el cambio tecnológico:

Puestos de trabajo que se quedan obsoletos porque pueden ser sustituidos de forma más eficiente y a menor coste.

Los que pueden ser sustituidos, pero mantienen un carácter tradicional que les permite coexistir con la evolución tecnológica.

Los primeros son puestos de trabajo que forman parte de los rápidos cambios en la producción. Hoy en día, más que empleos, son actividades dentro de sectores específicos.

Por ejemplo, la tecnología aplicada a la agricultura elimina ciertas actividades del trabajador agrícola. Esto puede dar lugar a menos empleo, pero no a la eliminación del trabajador agrícola.

Los segundos, los empleos artesanales que mantienen su propio valor frente a los empleos tecnológicos, son una fuerza de mercado creciente. Por ejemplo, la agricultura ecológica frente a la agricultura industrial masiva.

Es muy difícil decir si un trabajo desaparecerá o no en las próximas décadas. Obviamente, aquellos trabajos manuales, con poca demanda y que pueden ser fácilmente sustituidos por la tecnología, son grandes candidatos a la desaparición.

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