Cualquier emprendimiento debe contar con un plan de empresa. Allí se definirán las estrategias, los recursos y la viabilidad del proyecto. Es el primer acercamiento a la idea para conseguir socios, inversores, subsidios, préstamos, sponsors, auspicios.
Debe pensarse para ser leído. Usualmente los interesados antes que nada verán al plan por tanto no debemos confiar en poder explicarlo si algo no se entiende.
Por esta razón debe ser muy claro y conciso.
Es posible que quien tenga el plan de negocio tenga muchos otros para elegir, por esto la primera hoja es crucial.
La idea debe poder expresarse en cinco lineas, y son las que definirán que se siga leyendo.
La fórmula mágica del periodismo: quién, cómo, cuándo, dónde, por qué, para qué y cuánto. En un primer párrafo “los recursos humanos de qué manera, en dónde, en cuánto tiempo harán qué y cuánto saldrá”. En un segundo párrafo “Cuál es la condición existente y cuál es el objetivo final”.
La forma debe ser atractiva. No debe exceder las 20 páginas con espacio para descansar la vista y la atención.
No usar gráficos, tablas o numeros incomprensibles.
El orden de la presentación debe ser lógico, de ser posible llevar el de la introducción.
Cuidado al usar vocabulario técnico. Debe poder ser leído por varias personas, por eso no hay que abusar.
Usar tecnisismos correctamente le dará una idea al lector de la seriedad de quien lo presenta (se dará cuenta si está realmente familiarizado con el tema o sólo trata de impresionar).
Por sobre todas las cosas el plan de negocios debe escribirse con entusiasmo y presentarse de la misma forma. No hay mejor “vendedor” que quien está convencido y apasionado por su producto.
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