Hay casos en que uno tiene la sensación de hastío en un trabajo y no puede definir la causa. Gana bien, esta desarrollando su actividad, el clima es bueno, pero sin embargo no hay ganas de ir o de hacer.
La motivación entendida como las ganas de movilizarse por algo responde a varios aspectos. Según la pirámide de Maslow las necesidades se dividen en autorealización, necesidad del ego, necesidades sociales, necesidades de seguridad y básicas.
Las necesidades básicas son las entendidas como las fisiológicas, necesarias para la supervivencia. Comer, beber, abrigarse y dormir. Son las que necesitamos aún para llegar a un empleo, poder pensar con claridad y poder dar nuestra fuerza de trabajo.
Las necesidades de seguridad son las que permiten tener la sensación de estar protegido a futuro. En el mundo del trabajo es entendido como el seguro médico, la estabilidad laboral, la continuidad, el sueldo fijo. Estas son las que mantienen nuestros lazos con un empleo aún cuando ya se ha perdido el entusiasmo.
Las necesidades sociales se refieren a la pertenencia a un grupo, el reconocimiento, la comunicación, poder expresarse. Cuando el clima laboral es bueno, el miedo al cambio radica en perder este espacio donde uno tiene entidad, es reconocido por sus pares. El trabajo excede a la tarea en sí, se transforma en la “casa” del trabajador.
Las necesidades del ego, tienen que ver con el sentirse apreciado, tener prestigio, destacarse. Es una necesiad puramente emocional. La insatisfacción laboral parte en gran medida en no sentirse valorado, ni premiado.
Una forma muy conocida de castigo en las empresas o dependencias es el “freezado”, dejar al empleado en un puesto a sabiendas que no habrá movilidad para él sin importar que haga o deje de hacer. Esta falta de reconocimiento como profesional y como persona es tan denigrante que el empleado prefiere irse. A veces no es tan obvio, pero la sensación de no tener perspectivas ni reconocimiento anulan al profesional quitándole todas ganas.
La autorealizacion es el ideal al que cada uno quiere llegar, se llama de autoactualizacion. Logros personales, la necesidad de trascender. Plantear desafíos que obliguen a mostrar todo el potencial, a desarrollar nuevas estrategias usar nuevas herramientas o adquirir nuevos conocimientos puede resultar un motor propio.
Es lo que impulsa a estudiar, a hacer cursos, a capacitarse, a tener proyectos propios fuera de la oficina a juntarse con pares para planificar.
Puede ser que un trabajo cubra algunas de estas necesidades (en especial las primeras) pero que la sensación de vacío o apatía tenga que ver con la falta de de algunos de estos estadios. En este caso, si la motivación no viene del mismo trabajo, se puede combinar con una motivación propia dentro o fuera del trabajo.
Incluso desde esta perspectiva pueden proponerse actividades en la propia espacio laboral para motivarse y motivar a los compañeros. Actividades sociales, deportivas, de capacitación, de clínicas, de incentivo a publicar los conocimientos a ofrecer charlas a otras departamentos, reconocer los logros dejando elegir diferentes tareas, desarrollar un proyecto propio dentro de la misma empresa.
Quizá la clave esta en no esperar que la propuesta venga del empleador y proponerlo uno, activamente. Si la desmotivación persiste no hay que dudar y cambiar de trabajo, no hay cosa peor que sentir que las horas laborales son tiempo perdido.
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Muy interesante artículo. La motivación es indispensable en cualquier entidad pues un empleado feliz trabaja mejor y en consecuencia no solo aumenta su productividad sino también la productividad de la empresa para la cual desempeña su labor profesional.