Una nueva tendencia ha tomado fuerza: la venta del iris a cambio de criptomonedas. En los últimos días, cientos de personas, incluyendo algunos menores de edad, se han congregado en centros comerciales para participar en este peculiar intercambio. A través de una aplicación, los usuarios reciben un QR y luego visitan uno de los cuatro puestos de la empresa Worldcoin, donde escanean su iris y reciben 10 criptomonedas, con un valor que oscila entre los 30 y 60 euros.
Este innovador negocio es impulsado por Worldcoin, un wallet virtual creado por Sam Altman, CEO de OpenAI. La compañía promociona el World ID como un «pasaporte de máxima privacidad para la humanidad en la era de la Inteligencia Artificial». Según ellos, este pasaporte digital, obtenido después de escanear los datos biométricos de los usuarios, es una manera de demostrar su singularidad y humanidad en un mundo donde la inteligencia artificial está omnipresente.
Sin embargo, las autoridades de Protección de Datos han levantado la voz de alerta sobre los riesgos de compartir datos biométricos. Advierten que vender este tipo de información puede permitir la identificación inequívoca de las personas, lo que puede poner en peligro su privacidad y libertades individuales. Entre los riesgos señalados se encuentran la suplantación de identidad, el ciberacoso y el uso indebido de los datos para influir en aspectos profesionales y personales de la vida de los individuos.
La proliferación de este tipo de prácticas plantea importantes cuestionamientos éticos y legales sobre la protección de la privacidad y la seguridad de los datos personales en un mundo cada vez más digitalizado. La sociedad se enfrenta al desafío de equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los derechos individuales en un escenario dominado por la creciente influencia de la inteligencia artificial y las criptomonedas.
¿Y si ya he dado mis datos? ¿Qué puedo hacer?