¿Convergencia?

La Crisis del Euro dista mucho de haber finalizado. Esperemos que nuestras autoridades sean muy con

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Bolsamania | 02 jun, 2015

¿Unión Monetaria Optima? Ya saben cuáles son las condiciones teóricas: movilidad laboral dentro del área, libertad de movimientos de capital y flexibilidad salarial, convergencia y mutualización del riesgo fiscal y convergencia de ciclos económicos. ¿Qué echan en falta la mayoría de estas condicionas en la actualidad? Es cierto, pero el Proceso hacia lograrlas parece claro. Pero no será fácil. Como tampoco lo ha sido hasta el momento, especialmente en fases bajistas del ciclo.

 De todas las condiciones anteriores sin duda la que más es demandada por los inversores (y algunos gobiernos, especialmente los de países periféricos) es la mutualización del riesgo. Aunque, una contradicción más de esta Europa nuestra, pidiendo tiempo para la convergencia fiscal. Entre medias, la asunción por los gobiernos de estos países de no perder soberanía política. Mientras valoramos todo esto, hemos aprendido que la flexibilidad laboral en el fondo no deja de ser una condiciones suficiente; la necesaria es que no se pierda competitividad que llevaría a nuevos deterioros de la balanza exterior y la cifra de deuda, cuando aún  no hemos superado estos desequilibrios previos  a la Crisis. Llueve sobre mojado.

Véanlo de una forma muy simple: si estamos hablando del 60/70% de comercio intraeuropeo, una elevada distorsión en los costes laborales entre países sin la posibilidad de que la evolución posteriormente de la moneda la compense sólo podrá llevar con el tiempo a ajustes de crecimiento y/o agresiva reformas estructurales nunca deseadas desde la órbita social y política. Como ven, la convergencia en costes laborales es obligada con el margen de maniobra que ofrece la propia evolución de la productividad. La Crisis actual en la zona Euro ha sido un buen ejemplo de todo esto.

¿Cómo han evolucionado los costes laborales unitarios desde el inicio de la Crisis? Crecimientos casi nulos en promedio anual en España y subidas del 2 % también en promedio anual en los tres primeros países del área. Así, España ha recuperado buena parte de la competitividad pérdida en la década anterior a la Crisis (Gran Moderación) mientras que en el resto de los principales países las conclusiones son dispares: desde la deseable aceleración de los costes en Alemania hasta el aplazamiento de reformas en Francia e Italia que están condicionando la fuerza y duración de su recuperación. Naturalmente, a este comportamiento entre Alemania y el resto también le ayuda mucho el rápido cierre del output gap del primero frente a la brecha que aún mantienen el resto.

La Crisis actual griega es un buen recordatorio de los retos a los que se enfrenta el Euro en el futuro en términos de convergencia. Mientras las autoridades griegas rechazan (de hecho las consideran líneas rojas que no se pueden traspasar) reformas como la del mercado de trabajo que busca mayor flexibilidad, la falta de competitividad en el país condiciona la solidez de la recuperación cíclica (titubeante  tras cinco meses de discusión entre el Gobierno griego y sus acreedores) actual. Cuando se pide más dinero para seguir funcionando no se ofrecen contrapartidas en términos de ajustes para su devolución, partiendo de considerar la deuda actual como insostenible. Se proclama la soberanía política al mismo tiempo que se pide mutualizar el riesgo. Y especialmente se demanda que el ECB sea el que asuma el mayor riesgo lo que puede entremezclar su papel como gestor de la política monetaria y supervisor financiero único con otro de tipo político que no le corresponde.

Al final, la Crisis del Euro dista mucho de haber finalizado. Esperemos que nuestras autoridades sean muy conscientes de ello.

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