Romario
Un delantero genial con capacidad de posicionarse en el área en momentos decisivos...
Este fin de semana el clásico Madrid-Barcelona nos dejo un primer tiempo vibrante y espectacular gol de Luis Suárez, al más puro estilo Romário. Sí, está leyendo Bolsamanía, pero deje que me explique. Estoy convencido que recordará al menudo jugador brasileño. Veremos que podemos aprender de él.
Romário da Souza Faria fue uno de los futbolistas más goleadores y virtuosos de la historia del fútbol, era un maestro en aprovechar oportunidades. Su gran talento no era correr, ni su cualidad máxima la preparación física. Lo que hacia del carioca un delantero genial era su capacidad de posicionarse en el área en momentos decisivos. Eso le reportó más de 900 goles y le incluye en el selecto grupo de grandes pichichis de la historia.
No se trataba de suerte. Romario estaba simplemente en el lugar correcto en el momento adecuado, él se colocaba en esas situaciones y estaba preparado para ellas. En los mercados sucede los mismo. Podemos correr detrás de todos los balones (o activos cotizados como es nuestro caso) con la lengua fuera y casi siempre llegaremos tarde. Sólo en momentos puntuales tendremos la oportunidad de chutar a gol o hacer un operación con probabilidades a nuestro favor.
En los mercados podemos ser como Cristiano Ronaldo, es decir, rematar todos los balones que pasen por nuestro lado, con la derecha, la izquierda, de cabeza, … ver siempre una oportunidad para el gol (entrar a mercado) aunque estemos a 40m de la portería, o por el contrario ser como Romário, es decir, pasar desapercibidos, ver con sigilo lo que hace el juego (mercado), entender si es una oportunidad favorable y terminar el partido marcando y sin apenas sudar la camiseta. A Romario se le achacaba que apenas corría, que no sudaba y que se mostraba indolente ante los lances del juego, pero ¿acaso importaba? En el trading y los mercados sucede algo similar, puedes incidir en el análisis, en esa media, en ver Bloomberg live TV, en la lectura de tu Ichimoku particular, pero si no hay ocasión o el coste de oportunidad es demasiado alto, en el caso de Romario era sudar y en el nuestro es estar en el mercado deseando estar fuera, mejor no hacer nada.
Romario supo siempre lo que le funcionaba y lo que no, por mucho que tuviera entrenadores que quisieran cambiar su sistema. Siempre que pienso en el crack brasileño pienso: ¿es el esfuerzo un mito? Las ideas de inversión o trading son fáciles, lo difícil es ejecutarlas “a lo Romario”. Como day trader lucho por parecerme a su figura (incluso siendo madridista), pura en el estilo que abogaba por maximizar el premio sudando poco la camiseta. Los triunfadores tienen esto en común. No se trata de logros enormes, sino de la voluntad de aprovechar oportunidades pequeñas.