4 escollos casi inevitables

Sufrimos en el trading por…

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Bolsamania | 07 mar, 2016

Negar la realidad: lo que recibimos del trading, en mayor o menor medida, es una distorsión de la realidad objetiva. El trader en su inseguridad cree que la realidad es su realidad y la desfigura llegando incluso a negarla. Esta negación es inconsciente y nace para defendernos, evitando así mayor sufrimiento. Hay momentos delante de la pantalla que son dolorosos, para algunos inaceptables y son precisamente ellos los que reaccionan a la postre negándose a aceptar la realidad. Se siente incapaces de asumirla. Hacen como si nunca hubiese existido ese trade, ese mes, o ese imprevisto drawdown.

En mis primeros 11 meses como trader, y tras un periodo de “unicornios rosas” en simulado, donde hacía cosas que jamás me atreví en real, perdí mi primera cuenta de broker. Fueron 30.000€ tirados a la basura y no sólo eso, también negando una realidad que se me antojo inaceptable. Negar esa realidad tan solo sirvió para prologar más en el tiempo mi lucha, un medio de defensa insano que me impidió realizar las modificaciones necesarias que hoy me hacen ganar.

 

No rectificar, a pesar de tropezar siempre en la misma piedra: el trading es un continuo aprendizaje, sobre todo consigo mismo. Cuando intentamos ganar con regularidad y fracasamos, podemos insistir durante cierto tiempo en el mismo patrón/sistema/gurú, pero si comprobamos que ese medio no sirve para alcanzar nuestra meta, lo lógico será cambiar ¿no?. Sin embargo, muchos traders ante la evidencia de que lo que hacen no sirve para lograr lo que pretenden, incluso consiguiendo lo contrario, son incapaces de rectificar la estrategia. Insistir en un medio que trae consigo los resultados opuestos solo conduce a la frustración. Resistirse por ego o testarudez da como resultado perder la cuenta, la emocional y la del broker. En el trading hay que intentar anticipar las consecuencias de nuestro comportamiento y si nos equivocamos, altamente probable, rectificar cuanto antes. Pensemos si lo que estamos haciendo es eficaz para ganar dinero y tiempo, o si por el contrario, existe un camino mejor para conseguirlo. Empecinarse nos lleva al fracaso, la desesperación y a abrir una cuenta de Twitter para “hatear” a todo el que pretende aportar luz.

 

Operar “mirando el retrovisor”: Toda biografía de un trader está salpicada de heridas y traumas. A veces se trata de hechos poco relevantes pero que, con dinero y ego de por medio, suelen estar dotados de alta carga emocional. Lo mejor para avanzar es hablar de estos malos momentos con sosiego, reconsiderarlos, ponerlos en perspectiva y evitar el deseo de vengarse del mercado. Lo más importante es “pasar página”, asumir lo sucedido, impedir que condicione y afecte el momento presente de nuestra operativa.

En mi caso hablar de mis errores y “cornadas” me libera, me hace mejorar más rápido. Por eso animo a los traders a que sólo muestren sus stops (las grandes operaciones nadie se las cree), sus malas operaciones, que se sometan al juicio de quienes quieren hacerle mejor. De esta forma se asimila todo mucho mejor.

 

El perfeccionismo: el trader perfeccionista casi nunca logra disfrutar del trading. Además su perfeccionismo les suele provocar que sean poco eficaces. Pasan demasiadas horas delante de las pantallas dedicados a hacer la mejor operación con un esmero innecesario e inútil. Lo más complicado para el perfeccionista es asumir el concepto de suficiente. Aprender a operar “solo suficientemente bien” y encontrar el encanto en la imperfección del mercado. Sufren al comprobar la distancia entre su operativa real y la operativa ideal, lo que les produce una profunda angustia.

A lo largo de mis años como mentor/instructor de traders me he topado con muchos perfeccionistas. Muchos de ellos, ganadores en el juego y perdedores en la vida. Siempre me sorprende encontrar traders así, quizá porque posiblemente sea el trader más indisciplinado, anárquico y rentable que conozco. Todos queremos hacer el mejor trading posible, pero sobre todo encontrar satisfacción y resultados en lo que hacemos. De que sirve hacer la mejor operación del día (que posiblemente tampoco sea) si necesitamos estar delante de las pantallas más horas de las necesarias, dilapidando así nuestro recurso más escaso. Tratemos de ser imperfectamente rentables. En el trading profesional, o llegas a ser suficientemente bueno, o te quedas fuera. Pero jamás serás perfecto.

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