TSMC, Nvidia y ASML: los reyes de la IA para LFDE y el riesgo que acecha al trono
Las tres compañías son 'clave' en el desarrollo de esta tecnología
La inteligencia artificial (IA) es la revolución tecnológica del momento. Tal es su 'boom' que las empresas dedicadas a la fabricación de chips están siendo las grandes impulsoras del mercado. Esto ha llevado a algunos analistas a advertir sobre una posible burbuja y a poner en duda que esta tendencia se pueda mantener a largo plazo. Los expertos de la gestora francesa La Financière de l’Echiquier (LFDE) creen que tres compañías serán clave para el desarrollo de la IA, aunque un riesgo acecha a la industria.
"El ecosistema dominante de esta nueva revolución ya está identificado", indican Olivier de Berranger, consejero delegado y director de inversiones, y Adrien Bommealer, gestor de fondos de LFDE, que ven a TSMC, Nvidia y ASML como los reyes del sector.
Para los estrategas, un punto importante es que es transnacional. Es decir, Nvidia diseña las GPU (unidad de procesamiento gráfico) en EEUU, la taiwanesa TSMC posee las plantas de fabricación de semiconductores lo suficientemente avanzadas para producir semiconductores en las resoluciones más finas y, por último, ASML, que tiene su sede en Europa, es la única empresa de maquinaria para la industria de los semiconductores capaz de desarrollar las máquinas de litografía, etapa clave del proceso de fabricación.
"Las ventajas competitivas de estos tres actores son tales que deberían seguir siendo dominantes durante todo este ciclo de innovación. ASML, que ostenta un monopolio en litografía, vende sus máquinas más potentes a 250 millones de dólares la unidad; TSMC necesita más de 10.000 millones de dólares en cada nueva fábrica, y Nvidia desarrolla la arquitectura GPU desde hace más de 30 años. Consideramos que el crecimiento de los beneficios de estas tres empresas será fuerte y duradero", explican de Berranger y Bommealer.
La industria de los semiconductores es el corazón de todas las grandes innovaciones tecnológicas, como tampoco puede haber digitalización posible sin chips, ni iPhones, Facebook ni Teslas sin semiconductores.
"Tampoco puede haber sistemas de defensa modernos. Estos chips son esenciales y proporcionan potencia de cálculo y capacidad de almacenamiento. Con cada ciclo de innovación surge un ecosistema dominante. La revolución del PC en los albores de la década de 1980 estuvo dominada por Intel, con la complicidad de Microsoft. La del smartphone, 25 años después, estuvo dominada por Qualcomm sobre una arquitectura ARM, todo ello fabricado en Taiwán por TSMC sobre máquinas de ASML", añaden.
Con todo, la industria no está exenta de riesgos y el principal de todos ellos es geoestratégico, ante la idea de que los países que dominen la potencia de cálculo tendrán una ventaja importante.
"Entonces, ¿los reflejos proteccionistas de los gobiernos harán descarrilar una cooperación tecnológica internacional que podría beneficiarnos a todos?", se preguntan en LFDE.
La Inflation Reduction Act estadounidense prevé 52.000 millones de dólares para relocalizar fabs. Europa, por su parte, ha puesto en marcha su Chips Act y contempla invertir 43.000 millones en la construcción de nuevas fabs en su territorio.
China trata desde hace tiempo de desarrollar una industria de semiconductores, con éxito moderado, pero se topa con los esfuerzos de EEUU de bloquear el acceso a las máquinas más sofisticadas de ASML.
"Por último, si China tomara por la fuerza Taiwán, se aseguraría el control de TSMC, pero probablemente perdería el acceso a ASML. El concepto de 'globalización feliz' no es más que un lejano recuerdo. La situación geoestratégica constituye el principal riesgo para esta industria", concluyen de Berranger y Bommealer.