Los tres riesgos sobre la inflación que los inversores no deben ignorar en 2023
Morgan Stanley espera que la subida de precios sea más persistente de lo esperado
El ejercicio 2022 pasará a la historia, pero no precisamente por razones positivas. Porque los inversores recibieron un doble impacto en sus carteras. Al duro golpe de la inflación se le sumó, en la mayoría de ocasiones, una rentabilidad negativa, tanto de las carteras de renta fija como de las de renta variable.
En cambio, 2023 ha comenzado de manera brillante en muchos mercados, con excelentes previsiones para la renta fija y con un comportamiento muy positivo en la mayoría de bolsas, tanto emergentes como desarrrolladas.
"En el corazón de este entusiasmo, se encuentra la creencia de que la inflación está controlada y que la Fed puede detener pronto sus aumentos de tasas. Los inversores actualmente esperan que la Fed aumente las tasas en solo 25 puntos básicos en febrero, a diferencia de los aumentos de 50 o 75 puntos básicos que ha realizado en los últimos meses", señala Lisa Shalett, directora de Inversiones en la división de Wealth Management de Morgan Stanley.
Los inversores basan su expectativa en que la inflación americana ha mostrado una clara desaceleración en los últimos meses, tanto en su tasa general como en su tasa subyacente.
Además, los datos de empleo indican que no se está produciendo una subida excesiva de los salarios, pese a que el mercado laboral estadounidense permanece muy ajustado y cercano al pleno empleo.
"El Comité de Inversiones Globales de Morgan Stanley está de acuerdo en que la inflación probablemente haya tocado techo y se esté moviendo hacia un rango más manejable", concede Shalett.
Sin embargo, el banco americano, uno de los que mejor está leyendo el comportamiento de los mercados en los últimos meses, considera que la Fed todavía tiene trabajo por hacer. Por ello, afirma que "el reciente entusiasmo de los inversores puede ser prematuro" y menciona "tres riesgos clave que los inversores pueden estar pasando por alto".
LOS TRES RIESGOS PARA LA INFLACIÓN
En primer lugar, Morgan Stanley menciona los precios de la energía, que se han mantenido moderados en Europa por un invierno inusualmente suave y también por los problemas que ha tenido China con el Covid-19, y que todavía están lastrando la actividad del gigante asiático.
"De cara al futuro, anticipamos un repunte en los precios del petróleo y el gas, impulsado por una reaceleración del crecimiento económico mundial y una relajación de las prácticas de austeridad europeas", afirma esta experta.
Y es que, teniendo en cuenta la reapertura económica de China que se prevé a partir de marzo, Morgan Stanley anticipa que el petróleo Brent terminará el tercer trimestre en 107 dólares y el cuarto trimestre en 110 dólares.
En segundo lugar, Shalett destaca que "los precios de importación pueden seguir aumentando". Y recuerda que la fortaleza del dólar en 2022 protegió a los consumidores americanos de los precios más altos de los productos importados.
Sin embargo, el 'billete verde' ha perdido gran parte de su fortaleza en los últimos tiempos, lo que puede suponer una presión alcista adicional para la inflación americana, y que no ha sido descontada por el mercado.
El tercer gran riesgo para la inflación es que "la inflación de los servicios podría persistir". Sobre todo por "una escasez estructural de mano de obra, la reducida oferta de alquileres y los costes de servicios médicos en aumento.
IMPLICACIONES DE ESTOS RIESGOS
Este escenario, que no está siendo ni descontando ni reconocido por los inversores, plantea importantes implicaciones a la hora de posicionar las carteras de cara a los próximos meses. Porque "es poco probable que la inflación subyacente disminuya en línea recta hasta fin de año hacia el objetivo de la Reserva Federal del 2%", señala esta gestora.
"Más bien, es más probable que la caída se estanque a mediados de año, con una inflación que se mantenga más cerca del 4%, lo que podría mantener las tasas más altas por más tiempo y atrapar a los mercados en un rango de espera volátil", indica Shalett.
En este escenario, su consejo a los inversores es aumentar exposición hacia la renta fija frente a la renta variable americana. "Busque cubrir las carteras contra la inflación, que podría resultar más persistente de lo que se pronostica actualmente, mediante la posesión de participaciones orientadas al valor en energía, finanzas, activos reales, tecnología empresarial y servicios al consumidor, además de oro y acciones no estadounidenses", aconseja.