AJ Bell: "El impacto de los conflictos internacionales en la bolsa es efímero"

Así lo demuestra esta entidad en base a los casos históricos

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Bolsamania | 27 ene, 2022

La crisis en Ucrania centra la mirada de medio mundo. La escalada de la tensión a ambos lados de la frontera es palpable. Por un lado, Rusia despliega miles de militares, a la vez que reclama una respuesta a Washington sobre las garantías de seguridad. Por otro, EEUU insiste en la grave amenaza que supone esta situación, rechaza las exigencias rusas y amenaza al Kremlin con nuevas sanciones económicas. Los inversores miran con atención cada paso que se da, pero puede que las bolsas se comporten mejor de lo esperado y que los posibles recortes sean "efímeros", tal y como recogen los expertos de AJ Bell.

La renta variable de todo el mundo cotiza desde hace varios días con una gran volatilidad. A la Reserva Federal (Fed), cuyas decisiones centran la atención del mercado, se le suma la geopolítica. Y es que una situación en la que la Casa Blanca imponga duras sanciones a Moscú puede tener importantes consecuencias financieras, tal y como adelantaba JP Morgan y recogía Bolsamanía. "Consideramos que los bancos nacionales rusos, seguidos de los bancos europeos con entidades legales locales en Rusia, son los más expuestos al riesgo resultante de posibles sanciones en caso de una mayor escalada en el conflicto de Rusia y Ucrania", decían en su informe.

Ahora, Russ Mould, director de inversión de AJ Bell, sostiene que las consecuencias para el mercado pueden no durar mucho en el tiempo. "Cualquier impacto negativo en los mercados de renta variable tiende a ser relativamente efímero, incluso teniendo en cuenta el efecto de otros acontecimientos, como los cambios en la política monetaria o fiscal, el impulso económico y los beneficios empresariales", sostiene.

De hecho, afirma que los movimientos de los precios de las acciones deben ser una "pequeña preocupación" en un escenario global en el que comenzara una posible guerra.

Por muy terribles que hayan podido ser los conflictos, los precios de las acciones en Estados Unidos y Gran Bretaña han mostrado una notable resistencia la mayoría de las ocasiones. De hecho, en base a los datos de Refinitiv, el analista de AJ Bell ha recogido el comportamiento de las bolsas respecto a los grandes sucesos geopolíticos, como la Guerra de los Seis Días, en el Medio Este, en 1967; la ofensiva en Vietnam en 1968, la invasión de Rusia en Checoslovaquia en 1968, la Guerra de Yom Kippur en 1973, la invasión de Rusia en Afganistán en 1979, la Guerra de las Malvinas en 1982, la Guerra del Golfo en 1990, los ataques terroristas del 11S en 2001 y la Segunda Guerra del Golfo en 2003. Para este informe, ha comparado el comportamiento de la renta variable estadounidense y británica respecto a un año antes de cada suceso y un año después.

Comportamiento de las bolsas de EEUU y Reino Unido durante los grandes conflictos geopolíticos. AJ Bell en base a los datos de Refinitiv.

Una de las conclusiones que se puede ver es que tan solo hay tres hitos que que hayan provocado retrocesos un año después en las bolsas. Éstos son la invasión de Rusia en Checoslovaquia, los ataques terroristas del 11S y la guerra del Yom Kippur.

Respecto a los atentados de Nueva York, sostiene que "el mundo ya estaba en las garras de un mercado bajista cuando la burbuja de la tecnología, los medios de comunicación y las telecomunicaciones comenzó a estallar".

LA GUERRA DEL YOM KIPPUR

Para él, la única excepción es la Guerra del Yom Kippur, cuando Israel rechazó un ataque conjunto lanzado por Egipto y Siria. "Si bien el efecto a largo plazo de la guerra fue una cadena de acontecimientos que condujeron a los acuerdos de Camp David de 1978 y al acuerdo de paz de 1979 entre El Cairo y Jerusalén, la consecuencia inmediata fue el embargo de petróleo de la OPEP, impuesto en señal de enfado por el apoyo de Estados Unidos a Israel", afirma. Es por ello que el crudo se disparó de los 4,50 dólares el barril a los 14,50 dólares, por lo que la inflación se disparó en Occidente.

"La desagradable recesión que siguió golpeó a los mercados en términos nominales durante los siguientes 15 meses y la inflación perjudicó los rendimientos en términos reales, después de la inflación, durante la mayor parte de los siguientes diez años", recuerda.

En aquel momento, todas las clases de activos, menos el oro, sufrieron un gran retroceso entre finales de 1973 y principios de 1975. La presión de los precios solo fue vencida por las fuertes subidas de los tipos de interés.

LA SALIDA DEL PATRÓN ORO

"También se podría argumentar que el conflicto que tuvo efectos verdaderamente a largo plazo fue Vietnam, entre otras cosas porque fue el que más duró de todos ellos", sentencia.

Las contiendas en el sudeste asiático provocaron que Richard M. Nixon decidiera sacar a Estados Unidos del patrón oro por la deuda contraída. "El dólar perdió alrededor de un tercio de su valor durante el resto de la década y el oro se disparó cuando el abandono del mecanismo de Bretton Woods y la adopción de monedas flotantes fueron seguidos rápidamente por la crisis del petróleo de 1973 (y otra en 1979 tras la caída del Sha en Irán), un crecimiento débil y una inflación incómodamente alta", apunta el experto.

La energía tiene un impacto directo en la inflación, y esta puede ser la causa, según Mould, de que Estados Unidos en la actualidad esté en conversaciones con sus principales socios geopolíticos para suministrársela en caso de que se corte el flujo por parte de Europa del Este.

De hecho, según Nikos Tsafos, de la Cátedra James R. Schlesinger de Energía y Geopolítica en un artículo recogido por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), el impacto de un posible corte de gas a través de Ucrania sería mínimo en Europa, debido a las vías alternativas que hay para conectar con Rusia y a las grandes obras realizadas en algunos puertos europeos para poder importarlo de Estados Unidos.

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