Generali Investments: "Mantenemos una posición bajista en renta variable"

Debido a la aversión al riesgo y a la previsible reducción del PIB de las principales economías del mundo

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Bolsamania | 27 abr, 2023

Actualizado : 11:12

Los efectos del rápido endurecimiento de la política monetaria de los bancos centrales se están empezando a ver en los últimos meses. La reciente crisis bancaria ha provocado que los bancos centrales repensaran su estrategia en marzo, pero distintos indicadores apuntan a que tanto la Reserva Federal (Fed) como el Banco Central Europeo (BCE) podrían volver a la senda alcista en la próxima reunión. En este contexto, los expertos de Generali Investments reconocen mantener una posición bajista en renta variable debido a la aversión al riesgo imperante en el mercado y a la más que previsible reducción del PIB de las principales economías del mundo.

“Vemos una rentabilidad positiva limitada para los próximos 12 meses, y buscamos mejores niveles de entrada una vez que la crisis bancaria, la ralentización económica y el endurecimiento de las políticas estén totalmente descontados”, explican Michele Morganti, estratega sénior de renta variable, y Vladimir Oleinikov, analista cuantitativo sénior de la firma italiana.

Estos expertos no prevén una caída importante de los beneficios y los márgenes de las empresas, pero sí ven probable que las previsiones del consenso de los analistas se reduzcan debido al endurecimiento de las condiciones crediticias. En este sentido, Morganti y Oleinikov destacan que las valoraciones del S&P 500, el principal selectivo bursátil, “apuntan a rentabilidades negativas a corto plazo”, con riesgos a la baja al aumentar las posibilidades de recesión en EEUU y persistir los efectos indirectos de la crisis crediticia, las cuales se han vuelto “cada vez más frecuentes”. No obstante, indican, “el bajo posicionamiento debería ayudar a limitar el potencial bajista”.

En Estados Unidos, explican, los márgenes se pueden ver presionados por distintos factores, entre los que destaca la desaceleración del ISM manufacturero, el deterioro del ahorro de los consumidores, el aumento de los salarios y de los inventarios o el incremento del coste del servicio de la deuda.

“Un repunte del IPC/ULC (costes laborales unitarios, que tocan fondo desde niveles muy bajos) y un dólar más débil representan dos futuros estabilizadores de los beneficios, junto con la recuperación del crecimiento de China, pero no de forma inmediata”, explican.

Asimismo, los estrategas de Generali Investments apuntan hacia otras señales negativas para los mercados de renta variable, como la sobrevaloración de la tecnología (un 40%, según los modelos de la Fed), la curva de rendimientos invertida, la baja confianza en el sector inmobiliario “especialmente amenazado” y una prima de riesgo “demasiado baja”.

“Las valoraciones están estiradas, descontando una aceleración del crecimiento del PIB a partir de ahora, que no es nuestro escenario base. Los tipos bajarán más de lo previsto, lo que no ayudará a la renta variable de forma inmediata”, sentencian.

No obstante, estos expertos creen que es probable que las posibles caídas a corto plazo se vean “limitadas” debido al descenso del IPC general, la reapertura de China, las elevadas retribuciones a los accionistas, el posicionamiento inferior a la media y los flujos netos de renta variable y renta fija.

EUROPA Y OTROS MERCADOS

Al otro lado del Atlántico, señalan los analistas de la gestora transalpina, los márgenes “han resistido hasta ahora” y las mejores de perspectivas de crecimiento de China han sido un alivio, pero se vislumbran vientos en contra en el futuro, como atestigua la caída de las revisiones de los márgenes a 12 meses.

“Entre las razones se encuentran un euro más fuerte, un menor crecimiento del PIB y una menor utilización de la capacidad, además de una menor propensión de los bancos a conceder préstamos. Un apoyo fiscal más débil, menores restricciones de la oferta y mayores costes laborales se suman a los factores negativos”, relatan.

En este sentido, desde Generali Investments creen que el menor crecimiento económico, unido a las expectativas más bajas de los rendimientos, reducirá una hipotética rentabilidad superior de las bolsas europeas, “dada su inclinación hacia valores financieros y ‘value’”.

“Nuestros modelos de beneficios empresariales sitúan el crecimiento interanual en torno al -5% en 2023, manteniéndose por debajo del consenso en casi un -9% para la zona euro y Estados Unidos entre 2023 y 2025. Esperamos un crecimiento medio del 7% (UE y EEUU) en 2024 y 2025”, sentencian, al tiempo que reconocen que los riesgos están sesgados a la baja.

Finalmente, los estrategas de la gestora italiana recomiendan sobreponderar Reino Unido y hacer lo mismo, aunque de forma reducida, con la renta variable europea frente a la estadounidense. Asimismo, subrayan, los sectores cíclicos europeos están entrando en una “zona peligrosa” dadas las menores perspectivas de crecimiento, por lo que recomiendan adoptar una postura “más defensiva”.

“Mantenemos infraponderar los bienes de capital; recortamos bancos a ‘infraponderar’, a pesar del alto grado de infavaloración debido al riesgo del crédito y el menor PIB; y sobreponderamos sectores como el de alimentación, biotecnología, software, telecomunicaciones o ‘utilities’”, apuntan.

En cuanto a los mercados emergentes, desde Generali Investments recomiendan sobreponderar la renta variable de Japón y de China, a pesar de reconocer un “riesgo geopolítico volátil” para esta última. Según la firma transalpina la ratio precio-beneficio (PER, por sus siglas en inglés) de los mercados emergentes frente al MSCI World “está alineada con la media histórica, pero nuestro modelo basado en aprendizaje automático muestra infravaloración”.

“Además, una política monetaria más acomodaticia, el aumento de los índices PMI, incluidos los índices de exportación mundiales y las sorpresas macroeconómicas de los mercados emergentes, respaldan la continuación de la tendencia a la baja de los beneficios y el PIB. La reapertura de China es un factor positivo adicional, junto con el repunte de la masa monetaria (M2) y las bajas valoraciones”, concluyen.

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