¿Cómo invertir en renta variable china? Estos factores son clave para Schroders
Existe un debate sobre cómo asignar activos en el país
China es un enjambre de dudas. La economía del gigante asiático no termina de despegar y la guerra de aranceles desatada con la Unión Europea (UE) y EEUU en un sector clave como el de los coches eléctricos complica aún más su situación. Todo ello ha provocado un debate sobre cómo los inversores deben asignar sus apuestas en el país. ¿En qué hay que fijarse al invertir en renta variable china?
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China responde a los aranceles de la UE: "Es proteccionismo y tomaremos medidas"A pesar de la reciente debilidad del mercado, China ostenta el mayor peso en los índices de referencia de los emergentes. A finales de marzo de 2024, representaba alrededor del 25% del índice MSCI de mercados emergentes; los siguientes mercados en importancia eran India, con un 18%, Taiwán, con un 18%, y Corea del Sur, con un 13%, según datos recogidos por Schroders.
Entonces, los inversores ¿deberían seguir incluyendo China como parte de una asignación global de renta variable de mercados emergentes (ME), o separar el país de los ME y asignarlo de forma independiente?
"Los fondos que invierten únicamente en China se han hecho más populares entre los inversores, sobre todo en los últimos años, desde que el mercado nacional se hizo más fácilmente accesible a los extranjeros", explica Kirsty McLaren, directora de inversiones de Schroders.
En la actualidad, la práctica habitual de los inversores consiste en incluir a China en una asignación global a los mercados emergentes. No obstante, recientemente se han lanzado muchas estrategias de mercados emergentes excluyendo China. Esto se debe a dos factores clave.
El primero de ellos, es que "el tamaño de China ha suscitado el deseo de algunos inversores de contar con un gestor especializado en la región asiática, al mismo tiempo que contaban con un gestor enfocado en los mercados emergentes en sentido amplio para centrarse en la obtención de rentabilidades excluyendo China", indica la experta.
El segundo hace referencia al interés de los propietarios de activos por controlar ellos mismos su asignación a China y, por tanto, el riesgo de ese país.
Con todo, desde la gestora creen que ambos enfoques presentan ventajas, en función de los objetivos y las limitaciones/preferencias del inversor.
"La cuestión fundamental es si el inversor desea mantener el control directo de su asignación a China. ¿Tiene una visión de inversión sólida sobre China? ¿Exigen otros factores un mayor control?", se pregunta McLaren.
Y es que una única asignación a los mercados emergentes que incluya China minimiza los costes para el inversor en términos de búsqueda, supervisión y comisiones, en comparación con un enfoque de mercados emergentes sin China más la asignación de China por separado.
También unifica la gestión del riesgo en toda la renta variable de los mercados emergentes. "Sin embargo, para un inversor grande y sofisticado con amplios recursos, es poco probable que las diferencias de costes sean significativas", añaden desde la firma.
IDIOSINCRASIAS DEL MERCADO BURSÁTIL CHINO
Pero para entender mejor las distintas estrategias de inversión conviene saber cuáles son las principales características del mercado bursátil chino.
En las dos últimas décadas, uno de los acontecimientos más significativos en los mercados mundiales de renta variable ha sido la apertura de China a los inversores extranjeros. A principios de la década de 2000, los extranjeros solían invertir en empresas chinas a través de acciones H y Red Chips.
"Estos valores cotizados en la Región Administrativa Especial (RAE) de Hong Kong representaban sólo una ínfima proporción de las empresas de China continental. El mercado nacional chino de acciones A estaba completamente cerrado a los extranjeros. El mercado de acciones B, reservado a los extranjeros, estaba muy restringido y prácticamente inactivo", subraya McLaren.
La inversión extranjera en China cambió tras el lanzamiento de Stock Connect en 2014. Este canal de inversión conectó la Bolsa de Hong Kong con la Bolsa de Shanghái, permitiendo a los inversores de cada mercado negociar acciones en el otro mercado utilizando sus intermediarios y cámaras de compensación locales. En 2016, Stock Connect se amplió para incluir la Bolsa de Shenzhen.
A partir de 2018, las acciones A se incluyeron en el índice MSCI Emerging Markets en tres fases, limitadas al 20% de la capitalización bursátil ajustada al free float. Esto, sumado a los buenos resultados durante las primeras fases de la pandemia del Covid-19, ayudó a China a alcanzar una cuota máxima del 43% del índice MSCI EM en 2020.
"Desde entonces, la cuota de China ha retrocedido debido a 3 factores: una serie de medidas regulatorias drásticas sobre las empresas de plataformas de Internet y el sector de la educación privada, las tensiones en el sector inmobiliario y la prolongada política de cero Covid, que han llevado a la renta variable china a registrar una rentabilidad inferior a la de los mercados emergentes en general", señala la estratega.
El mercado bursátil chino es uno de los mayores del mundo y ofrece un amplio y líquido conjunto de oportunidades. La bolsa, por su parte, está dominada por los inversores nacionales, y los extranjeros poseen alrededor del 10% de las acciones cotizadas en el mercado bursátil.
"Existe una amplia selección de valores disponibles en todo el espectro de capitalización en bolsa. El sector manufacturero representa la mayor proporción de empresas en ambas bolsas, lo que refleja el exitoso modelo de crecimiento de China impulsado por la inversión y su papel como fábrica del mundo", matizan desde Schroders.
¿QUÉ DEBEN HACER LOS INVERSORES?
Muchos inversores han reconsiderado su enfoque de inversión en China. En parte, esto se debe a los decepcionantes resultados obtenidos recientemente, a las continuas tensiones entre EEUU y el gigante asiático y las preocupaciones en torno a la desglobalización.
También ha influido la inevitable ralentización del crecimiento económico chino a medida que el modelo basado en la inversión, que tanto éxito ha tenido en las dos últimas décadas, alcanza su límite natural.
"Reconociendo el tamaño dominante de China en los mercados emergentes, algunos inversores han empezado a preguntarse si deberían otorgar una asignación separada que cuente con un gestor especializado en China en lugar de confiar en una única asignación a los mercados emergentes en sentido general que incluya China", comentan desde la gestora.
"En nuestra opinión, ambos enfoques son válidos. Siempre que el inversor sea consciente de los pros y los contras de cada enfoque, podrá tomar una decisión informada que se adapte a sus propias preferencias", concluye McLaren.