El exjefe de análisis de Azvalor irá a juicio contra la gestora en febrero por su despido

Víctor Moragas, quien fuera el jefe de análisis de Azvalor, finalmente irá a juicio contra esta gestora el próximo febrero por su despido, que el analista califica de improcedente, mientras que la boutique de fondos ‘value’ lo defiende como disciplinario. El caso, que fue publicado en exclusiva por Bolsamanía, saltó a la palestra en octubre tras la denuncia de Moragas a la gestora que lideran Álvaro Guzmán de Lázaro, Fernando Bernad, Beltrán Parages y Sergio Fernández-Pacheco.

El juicio tendrá lugar el 4 de febrero, en el Juzgado de lo Social número 34 de Madrid. El analista, que trabajó para la boutique de fondos durante dos años y medio, interpuso la demanda ante lo social por despido y violación de derechos fundamentales y libertades públicas, “como reacción a la formulación de ideas sobre métodos de trabajo empleados y la petición de cumplimiento de condiciones laborales publicitadas”.

Por el contrario, fuentes internas de Azvalor aseguraron a este medio que el despido fue disciplinario y motivado por tres causas: una exigencia de una retribución inasumible e injustificada, no compartir las tesis de inversión de la gestora -Moragas habría pretendido seguir un método propio "que no podía explicar a los clientes" para construir las carteras- y la ubicación física de su puesto de trabajo.

Según estas mismas fuentes internas de Azvalor, por parte de la gestora “se quiere el acuerdo” y, de hecho, la empresa se presentó al acto de conciliación, pero Moragas no, subrayan.

Pero fuentes del entorno de Moragas afirman que el analista formalmente sí compareció al acto de conciliación, salvo que lo hizo mediante un representante. "Si no hay acuerdo, es porque tenemos posturas divergentes", aclaran.

El caso está precedido de un polémico ‘post’ en Rankia, titulado ‘Soy un trabajador de Azvalor y os explico los motivos de la salida reciente de socios’. Escrito bajo un seudónimo, el autor describía hasta tres supuestas prácticas irregulares de la boutique en la gestión de sus fondos de inversión, como son inventarse el potencial de revalorización, cambiar a su antojo los índices de referencia o no tener bien justificado el dato de la rentabilidad histórica.