La confianza del inversor español suma nueves meses en negativo, la peor racha desde 2016
Debido a la crisis del Covid-19, según la encuesta trimestral de JPMorgan AM
- Un 20% de los participantes no invertirá en los próximos seis meses
La confianza del inversor español encadena su tercer trimestre en negativo, al terminar el primer trimestre del año en -1,6 puntos lastrada por la crisis del coronavirus. La última vez que la confianza encadenó tres trimestres consecutivos en números rojos se produjo en el periodo comprendido entre enero y septiembre de 2016. Son datos del Índice de Confianza que elabora la gestora JPMorgan AM trimestralmente desde 2007.
Aunque la última lectura del índice supone una mejoría respecto al trimestre anterior, que terminó en -2,13 puntos, “es necesario efectuar matizaciones a estos datos, debido al efecto disruptor que ha ejercido la crisis sanitaria del Covid-19 sobre el sentimiento de los inversores españoles durante el mes de marzo”, resaltan los expertos de la firma americana.
En enero y febrero, los valores se estaban acercando al cero al calor de los datos positivos para el mercado como la percepción de una posible salida a la guerra comercial entre EE.UU. y China o el fin de la incertidumbre política al constituirse un nuevo Gobierno en España. El estallido de la crisis en Europa, en su doble vertiente sanitaria (incremento de los contagios en España) y financiera (fuerte desplome del Ibex 35, junto con el resto de principales mercados bursátiles), ha provocado que el mes de marzo termine con una caída hasta los -3,6 puntos, la mayor de los últimos 12 meses. De hecho, no se observaba una lectura mensual tan negativa desde enero de 2013, mes que terminó con la confianza en -5 puntos.
El desglose de resultados por meses muestra que la aparición del coronavirus en China apenas había preocupado a los inversores durante los meses de enero y febrero y, sin embargo, salta hasta el primer motivo de su lista en marzo, a medida que la pandemia se extiende por el sur de Europa. La caída de la confianza es especialmente notable durante la última quincena de marzo, cuando se desploma hasta -6,2 puntos, coincidiendo en el tiempo con el decreto del estado de alarma y la imposición de medidas de confinamiento.
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Los bancos colocan unit linked de Luxemburgo a los VIP como vacuna contra la incertidumbreEste viraje de la confianza de los inversores está en línea con las previsiones macroeconómicas de JPMorgan AM para los próximos meses. “Debemos asumir que los datos del segundo trimestre van a ser muy malos y centrarnos en los siguientes trimestres: si esta recesión es distinta, la recuperación también lo será”, indica Lucía Gutiérrez-Mellado, estratega jefe de la gestora para España y Portugal.
POSICIONAMIENTO DE LA CARTERA
Para los inversores españoles, el depósito sigue siendo el instrumento de ahorro predominante en sus carteras, al declararlo el 88,1% de los encuestados. En este trimestre, se observa una tendencia generalizada a la reducción de la inversión en las principales categorías de instrumentos de ahorro e inversión, con dos excepciones: se incrementa la inversión directa en acciones un 4,5%, hasta el 26,5%, y la inversión directa en renta fija (letras del Tesoro, bonos soberanos y corporativos) otro 2,2%, hasta el 7,4%.
En cuanto a la intención de inversión en los próximos seis meses, también se observa la reducción de posiciones generalizada en todos los activos, salvo en dos casos: los fondos de inversión registran un incremento del 2,7%, hasta el 16,5% de encuestados, mientras que la intención de comprar acciones se incrementa un 2,3%, hasta el 13,8% del total. Estos datos pueden sugerir que los inversores estén planteándose realizar compras oportunistas o construir un posicionamiento táctico para beneficiarse de las oportunidades que hayan salido a la luz tras la fuerte corrección de los mercados vista durante el mes de marzo.
Otro dato relevante es que hasta el 20% de los participantes afirma no tener la intención de invertir en los próximos seis meses. La principal razón para no hacerlo es la percepción de inestabilidad generalizada o inestabilidad política.