Schroders ve "múltiples vientos en contra" para la renta variable asiática en 2022
La gestora baraja otras posibilidades frente a China, como Taiwán y Corea
Actualizado : 10:06
Schroders ha hecho balance de la renta variable asiática durante este año. Según la gestora, Japón ha sido el único país que se ha salvado de “un 2021 agitado” cuyos "múltiples vientos en contra" – la ralentización de las ventas minoristas, los continuos brotes de Covid y la subida de los precios de la energía –, sobre todo en las acciones chinas, “es probable que se extiendan a 2022”.
La gestora señala al sector tecnológico, “los bancos, los seguros o el inmobiliario”, como grupos con “oportunidades de mejora de la rentabilidad a medio plazo si la inflación es algo más que una cuestión transitoria”. Sin embargo, debido a “continuos retos estructurales derivados del auge de las tecnologías financieras y el comercio electrónico en la región”, Schroders apunta a “mantener un nivel saludable de diversificación en la construcción de las carteras”, y apostar por “las empresas con sede en Asia que son líderes mundiales en sus respectivos nichos”.
En concreto, los problemas inmobiliarios destacados por Schroders están motivados por la “deuda del promotor Evergrande” como “uno de los principales obstáculos en 2021” y, aunque descartan que una suspensión de pagos en la inmobiliaria desencadene un colapso financiero, “no debemos pasar por alto los riesgos”. Desde Schroders advierten de que algunos de estos riesgos, como “una ralentización de la construcción y de la compra de terrenos”, ya se están materializando. Según explican desde la gestora, podrían “tener importantes repercusiones en toda la economía china”, debido a “la estrecha correlación entre la actividad inmobiliaria y el gasto de los consumidores”.
UN AÑO DIFÍCIL EN INTERNET
Asimismo, Schroders cree que el año que viene será difícil para el sector de Internet en China, motivado por la competencia y las regulaciones, y se muestran cautelosos al analizar los valores chinos del sector. Dicha cautela está motivada por tres razones: en primer lugar, la “incertidumbre” ante la nueva normativa que regula el sector, basada en “atajar la competencia desleal” y “el uso indebido de la información de los consumidores”, que puede frenar el precio de las acciones. En segundo lugar, el aumento de la competencia en las áreas clave de crecimiento de las empresas de Internet. Por último, las “estrictas” restricciones y regulaciones de contenidos, que obligarán a las plataformas a “aplicar normas de autocensura cada vez más severas”, por lo que “los contenidos extranjeros estarán muy restringidos y los locales podrían ser menos atractivos”, lo que se notará en el consumo y la publicidad.
Desde la gestora añaden que “China todavía tiene muchos ingredientes para experimentar un fuerte crecimiento en ciertos segmentos de la economía”. El problema, apuntan desde Schroders, es “el creciente protagonismo de las empresas públicas o la regulación estatal en la mayoría de los sectores clave del país”, y añaden que ese protagonismo se nota “incluso en aquellos que no están dominados por las empresas estatales, como Internet”, que “se ven obligados a aceptar un grado mucho mayor de participación del Estado en sus operaciones”. En conclusión, desde Schroders entienden que “el Estado avanza mientras el sector privado se retira”, y que las perspectivas de rentabilidad para los accionistas se han vuelto más difíciles, porque “el abanico de sectores y valores en los que interesa invertir se ha reducido”. Por otro lado, apuntan desde la gestora, el mercado ha dado “un giro” en las últimas décadas, a medida que la atención se centraba en las oportunidades ‘bottom-up’ que surgen en un mercado “enorme y diversificado”.
Ante la “debilidad” en el mercado chino, Schroders se han fijado en India. El país, de hecho, ya parece estar aprovechándose de esta circunstancia, basado en “un saludable repunte de la actividad nacional”, gracias a que cuenta con “un contexto normativo que parece más favorable que en China”. Si bien la gestora se ha mostrado optimista en cuanto al “potencial a largo plazo en muchos sectores” en el país, motivado por “la mejora de las infraestructuras y el despliegue de la digitalización”, encarnada en “varias ofertas públicas iniciales (IPOs) de alto nivel en el sector online”, desde Schroders admiten que el problema del país son “las valoraciones, que se han disparado”.
OTRAS OPORTUNIDADES EN ASIA
Ante esto, la firma baraja otras posibilidades (“Asia no es sólo China e India”), como Taiwán y Corea, “líderes mundiales del sector salud, la fabricación de semiconductores, las baterías o nichos como la fabricación de bicicletas”. Ambos países se encuentran “muy relacionadas con el ciclo tecnológico mundial”. Si bien el sector ha experimentado un ‘boom’ durante los meses posteriores a la pandemia, en los que se ha normalizado el trabajar desde casa (WFH, por sus siglas en inglés), está amenazado por “una posible desaceleración en 2022” motivada por una reducción de la demanda de productos tecnológicos a medida que la gente vuelva a la oficina. Desde Schroders apuntan a un “aplanamiento” más que “una caída brusca” de la demanda, debido a “un aumento de la demanda por parte de las empresas y un ciclo más saludable relacionado con los teléfonos inteligentes y los automóviles”.
En cuanto a la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), desde Schroders piden “cautela” con sus perspectivas bursátiles. En su opinión, la composición actual de las bolsas de la ASEAN no es especialmente atractiva, dada la disrupción a la que se enfrentan los bancos y los valores energéticos tradicionales a causa de las nuevas tecnologías financieras y las energías renovables. "Esto puede cambiar con la llegada de nuevas salidas a bolsa. Sin embargo, en general, es difícil entusiasmarse con los mercados bursátiles de la ASEAN actualmente, sobre todo teniendo en cuenta las altas valoraciones con las que cotizan las mejores empresas a causa de su escasez", concluyen.