Las gestoras posponen la recesión 'sine die' y se lanzan a por los emergentes
"Estamos ante una recesión global manufacturera, pero no en una recesión global"
- Los bonos de países en desarrollo están en su precio justo y la bolsa emergente también es atractiva
Actualizado : 09:38
La próxima recesión, temida por los inversores y los agentes económicos, parece que no será ni tan profunda ni tan a corto plazo como algunos indicadores o expertos llevan tiempo previendo. Algunas de las mayores gestoras independientes del mundo postergan ‘sine die’ la recesión en Estados Unidos -y, por tanto, su contagio a Europa-, aunque sus carteras las están reposicionando hacia otra dirección: los mercados emergentes, donde aún se puede arañar un extra de rentabilidad.
“Las economías desarrolladas están realmente colapsadas”, ha asegurado esta semana en una presentación ante la prensa el gestor Justin Leverenz, de Oppenheimer (Invesco). A pesar de la crudeza de esta afirmación, esta boutique, que tiene estrategias de inversión tanto en mercados desarrollados como en desarrollo, matiza el devenir que tendrá la economía global. “Estamos ante una recesión global manufacturera, pero no en una recesión global”, según su compañero Hemant Baijal.
La fobia a la recesión explotó en mayo, tras la revisión de la curva de tipos en EE.UU., donde el tramo diez años-tres meses ya es negativo. Sin embargo, los “otros modelos de recesión” son “mucho menos o nada alarmistas” en absoluto, según el codirector de Inversiones global y responsable de Renta Fija de Oddo BHF Asset Management, Laurent Denize, quien también ha estado esta semana en Madrid.
Según un análisis interno de Oddo BHF AM, la probabilidad de recesión a mediados de 2020 es del 59% medida por la curva de tipos americana, la más alta de los últimos cinco años y el doble que en la recesión de 2008, cuando estaba para ese año en el 28%. Pero si esa probabilidad se mide por otros modelos a futuro (índice de difusión, prima de renta fija, precio del petróleo o beneficios empresariales), en ningún caso llega siquiera al 40% -siendo la media el 27%, frente a un 35% por aquel entonces- y todos están muy por debajo del 2008. Un balón de oxígeno para las familias, las empresas y los inversores.
Hace un año o menos, las previsiones de recesión apuntaban hacia 2020 o 2021. Con las nuevas medidas expansivas de la Fed y el BCE, se están postergando 'sine die'. Salvo Robeco, que se ha aventurado a establecer el inicio de la recesión en 2022 en un informe reciente, ninguna gran gestora internacional habla ya de fechas, solo de que el ciclo de subidas es demasiado largo y más antes que después llegará la caída.
Así las cosas, podría pensarse que este remanso de paz temporal está dando nuevas oportunidades de inversión a las gestoras en EE.UU. y Europa. Algunas hay, pero no son la regla general porque los mercados están caros en términos absolutos, lo que les está empujando a mirar hacia los emergentes, donde aún hay un extra de rentabilidad del que aprovecharse.
LOS EMERGENTES, EN BONOS Y EN ACCIONES
Una comparativa de bonos caros y baratos realizada por Oddo BHF AM estima que los bonos de mercados emergentes están en su precio justo (con un ratio de 0), si bien los bonos de alto rendimiento, los bonos con grado de inversión y los bonos garantizados están caros, con ratios que van del -0,3 al -0,7.
“El coste del capital se está reduciendo en todo el mundo. Por ejemplo”, apunta Leverenz, de Oppenheimer, “Brasil ha pasado de financiarse con vencimientos medios de tres años a 25 años”. Preguntado por si hay una burbuja a punto de estallar en el mercado global de deuda, afirma que “todavía es difícil ver una crisis a corto plazo en el mercado de bonos”. Según su compañero Baijal, la boutique recientemente adquirida por Invesco detecta un claro punto de entrada en los bonos a diez años de países como México, India, Indonesia o el propio Brasil.
También apuestan por la renta variable emergente, donde cuentan con uno de los fondos más grandes del mundo en este activo, el Invesco Emerging Markets Equity Strategy, con 45.000 millones de dólares. Algunas de sus inversiones más importantes a día de hoy están en la compañía mexicana Femsa, un holding de bebidas (Coca-Cola), restauración y comercial, o en la rusa Novatek, el mayor productor independiente de gas natural de Rusia.
Buena parte de las compañías presentes en el fondo tienen directivos que se juegan su propio patrimonio en la empresa que gestionan (‘skin in the game’, en el mundo financiero anglosajón), una orientación de largo plazo y los incentivos apropiados. Según Leverenz, “cuando pagas el ‘skin in the game’ en una compañía de un mercado emergente, te da mucho más rendimiento que en un desarrollado”.