¿Qué espera Schroders de la renta fija en 2024? "Habrá ocasiones para incorporar riesgo"

Las divergencias del mercado se harán más visibles durante los próximos doce meses

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Bolsamania | 14 dic, 2023

La renta fija ha sido la gran protagonista de 2023 y los estrategas prevén que lo seguirá siendo durante el próximo año. En un entorno de desinflación, desaceleración del crecimiento y recortes de tipos por parte de los bancos centrales, ¿qué esperar del mercado de bonos en 2024?

"La inflación y el crecimiento están perdiendo fuerza y la mayoría de los bancos centrales están llegando al final de sus ciclos de subidas de tipos. Históricamente esto ha supuesto un momento en el que invertir en renta fija ofrece la máxima recompensa", analizan desde Schroders.

Además, desde la gestora ponen de manifiesto que, en cuanto a las valoraciones, tanto en términos absolutos como en relación con otras clases de activos, los bonos cotizan tan baratos como han venido haciéndolo en la última década y los rendimientos más altos ofrecen ya un importante colchón para compensar posibles nuevas bajadas de precio.

"Descarbonización, desglobalización y demografía probablemente acaben desembocando en otras 'Ds' con graves consecuencias para la inversión en renta fija: deuda, déficit y default", aseveran desde la firma.

En este sentido, en Schroders explican que la gestión en materia fiscal está intrínsecamente vinculada a las dinámicas de deuda. La transición hacia una nueva era en la que los costes de la financiación son más altos probablemente "perpetúe un círculo vicioso que se unirá a los niveles de deuda acumulada en los próximos años".

Todo ello apunta a que los rendimientos de los bonos serán estructuralmente superiores, pero también a que las divergencias del mercado se harán más visibles a medida en que las tendencias de las distintas regiones difieran.

Con todo, es probable que lo que más influya sobre los activos cíclicos sea el entorno macroeconómico. Actualmente, hay una alta probabilidad de un 'aterrizaje suave' de la economía, pero es difícil pasar por alto las señales de alarma en torno a la posibilidad de un 'aterrizaje forzoso' conforme el endurecimiento de las condiciones de financiación va haciendo mella.

"El inicio de un ciclo de bajadas en 2024 supondría un verdadero apoyo para la renta fija. Las tasas de default de las empresas probablemente se incrementen, aunque como los balances son relativamente sólidos, tampoco prevemos que se disparen de forma significativa", señalan los analistas de la gestora.

No obstante, la transición hacia unos costes de financiación más altos puede ser mucho más rápida en Europa, donde la financiación bancaria es mucho más utilizada que la que ofrecen los mercados de capitales, que son los preferidos en Estados Unidos.

"Por lo tanto, esperamos que haya una mayor dispersión del mercado, no solo desde el punto de vista regional, sino también a nivel de emisores. Esto brinda oportunidades para generar rentabilidades superiores al mercado si se eligen los bonos con cuidado", indican.

Por ello, en Schroders prefieren adoptar un enfoque relativamente prudente en caso de que la desaceleración sea más intensa y apuestan por el grado de inversión (investment grade) frente al alto rendimiento.

"La asignación a bonos cubiertos y deuda vinculada con el Estado y garantizada sigue siendo una forma de añadir rendimiento a la cartera de calidad con poca beta", agregan.

En el caso de EEUU, a pesar de que la economía del país ha mostrado una resistencia sorprendente, las consecuencias del endurecimiento monetario llevado a cabo por la Reserva Federal (Fed) pronto comenzarán a sentirse, por lo que en renta fija desde la gestora recomiendan seguir un enfoque más selectivo y oportunista, ante los actuales niveles de rendimiento en los distintos sectores.

"Habrá mejores ocasiones para incorporar riesgo en los próximos trimestres según los tipos más altos vayan afectando a la economía y la desaceleración del crecimiento lastre con más fuerza los beneficios de las empresas. Cuando los mercados sufran dislocación, habrá una buena oportunidad para rotar desde sectores líquidos hacia activos de mayor riesgo", comentan en Schroders.

DEUDA DE MERCADOS EMERGENTES, DIVISAS Y MATERIAS PRIMAS

El éxodo de inversores desde la deuda de mercados emergentes no ha cesado en 2023. El récord de flujos de salida y una emisión nueva neta baja han hecho que la clase de activo esté gravemente infrarrepresentada en las carteras de los inversores de todo el mundo.

"Los diferenciales en la deuda con grado de inversión denominada en dólares apenas se han movido, mientras que la deuda de mercados emergentes de alto rendimiento denominada en dólares y la denominada en divisa local generaron rentabilidades totales positivas en 2023. Esperamos que esta recuperación de la rentabilidad tome impulso en 2024", dicen los expertos de la firma.

Esto se debe a que varios mercados de deuda denominada en dólares y en divisa local siguen estando firmemente respaldados por sus niveles de rendimiento atractivos y por una política monetaria disciplinada que ha conseguido controlar la inflación, mejorar la balanza de pagos y reducir la dependencia del capital extranjero a corto plazo.

Además, "la deuda en dólares de los mercados emergentes ofrece bolsas de valor atractivas, sobre todo en los bonos soberanos de alto rendimiento. Las ya atractivas rentabilidades previstas en la renta fija emergente se dispararán aún más si el dólar cierra su ciclo alcista, más prolongado de lo normal", subrayan.

Respecto a las materias primas, la resiliencia en su demanda y las restricciones en la oferta también deberían tirar de los precios al alza a largo plazo, sobre todo en aquellas que usan como palanca el boom de inversiones en la transición energética.

"Este telón de fondo justifica la asignación activa al espectro de las materias primas como cobertura estratégica para las carteras de los inversores", concluyen en Schroders.

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