BBVA AM: "2023 puede ser un buen año para numerosos activos financieros"
La renta fija podría ser la estrella como motor de generación de rentabilidad para las carteras
Actualizado : 12:36
BBVA Asset Management & Global Wealth (BBVA AM & GW), la gestora de activos de BBVA, una de las más importantes de España, maneja un escenario central para 2023 de aterrizaje suave de la economía global, es decir, crecimiento bajo que no llegará a recesión.
Pero el grado de incertidumbre es alto y el riesgo está sesgado a la baja, bien por inflaciones resistentes o bien porque cuanto más suben los tipos de interés más cerca se está de la recesión.
A pesar de este escenario, numerosos activos financieros podrían tener un buen comportamiento durante el próximo ejercicio. Así lo ha manifestado Joaquín García Huerga, director de Estrategia Global de la gestora de activos del Grupo BBVA, durante la presentación de la visión de mercados para 2023. La renta fija podría ser la estrella como motor de generación de rentabilidad para las carteras, ‘a priori’ con poco riesgo.
2022, UN AÑO DE EXCEPCIÓN EN LOS MERCADOS
“Entrando en los mercados financieros, lo primero que debemos comentar es hasta qué punto 2022 está siendo excepcional”, explica García Huerga. “Tenemos que remontarnos a la década de los años treinta del siglo pasado, casi 100 años, para encontrar caídas conjuntas superiores al -16% actual en la renta fija y la renta variable, constituyendo la renta fija la parte más anómala”.
Según explica el experto, para que baje la volatilidad en los mercados financieros y los activos de riesgo puedan continuar la recuperación iniciada, la inflación debe empezar a bajar y las expectativas de subidas de tipos de los bancos centrales se deben estabilizar. Y estas dos condiciones están empezando a cumplirse.
Haciendo mención primero a la inflación, en términos generales parece haber tocado techo de la mano de los precios de la energía y de los bienes no energéticos. La previsión es que sigan relajándose los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, favoreciendo una moderación adicional en el precio de numerosos productos.
“Por tanto, podemos estar cerca del final de las subidas de tipos, y ello hace cada vez más idóneas las posiciones en renta fija soberana”, explica García Huerga. El equipo de inversiones de BBVA AM & GW ya ve atractivos los niveles de tipos alcanzados en los bonos del Tesoro estadounidense, especialmente en los tramos largos, y también en numerosos bonos soberanos emergentes. La situación de los bonos soberanos europeos no está de momento tan clara, pero a lo largo de 2023 lo normal es que ofrezcan una rentabilidad suficientemente atractiva.
LA VALORACIÓN, PRINCIPAL PILAR PARA LAS BOLSAS
Históricamente, y en ausencia de una recesión en los meses posteriores, una vez que la Fed deja de subir los tipos, el S&P 500 y el resto de bolsas normalmente han subido. Además, y de nuevo cuando la Fed deja de subir los tipos, se frena la contracción de la valoración y se inicia la expansión de la misma.
Pero la evolución de los beneficios empresariales en 2023 se presenta un tanto incierta, y dependiente de la intensidad de la desaceleración macroeconómica. “Pensamos que en EE.UU. los beneficios no registrarán apenas crecimiento mientras que en Europa caerán ligeramente”, afirma el experto. En cualquier caso, son cifras alejadas de las caídas severas de recesiones previas.
La valoración constituye por tanto el principal pilar a la hora de ser constructivos o positivos con las bolsas en 2023, y el ajuste ha sido severo en el caso de las bolsas europeas. La bolsa estadounidense tiene a priori menos potencial de revalorización que las europeas, aproximadamente entre el 4% y el 5% incluyendo dividendos, porque no se ha quedado suficientemente barata en 2022. Pero las incertidumbres geopolíticas, energéticas y económicas son de calado suficiente como para recomendar flexibilidad y adaptación a un entorno que puede ser muy cambiante, especialmente en el caso de Europa.
Las bolsas emergentes también pueden tener buen comportamiento en 2023, e incluso mejor que las desarrolladas, porque además de una valoración atractiva, podrían contar con el apoyo de un dólar más débil. Y es que en términos de tipo de cambio efectivo real, el dólar se encuentra sobrevalorado.
En divisas, el euro tiene cierto margen de apreciación frente al dólar, por lo menos hasta la zona de 1,10, pero condicionado al mantenimiento de un escenario económico en la eurozona razonablemente soportado y parecido al de EE.UU.
“Como resumen, en nuestro escenario central de aterrizaje suave de las economías, 2023 puede ser un buen año para numerosos activos financieros”, afirma García Huerga. La estrella debería ser la renta fija, como motor de generación de rentabilidad para las carteras y a priori con poco riesgo. Y dentro de la renta fija destacan los bonos corporativos de alta calidad crediticia. “Las bolsas también pueden subir, ofreciendo más potencial las emergentes y las europeas, pero en términos de rentabilidad ajustada por riesgo nos parece más atractiva la renta fija que la renta variable, al menos en la primera parte del año”, concluye.