AXA IM se mantiene cauta con los tipos: "Desconcierta lo agresivo que sigue el mercado"
Esperan tres recortes por parte de la Fed y el BCE de aquí a finales de 2024
2024 está llamado a ser el año en el que los bancos centrales empiecen a recortar los tipos de interés. Ante esta expectativa, la ansiedad se ha instalado en los mercados, que apuestan porque las primeras bajadas lleguen tan pronto como en marzo. Un hecho que, de no materializarse, puede desembocar en frustración. Por ello, desde AXA IM prefieren mantener la cautela.
"Aunque en lo que va de este nuevo año el mercado de renta variable no ha mantenido su exuberancia prenavideña, los contratos a plazo sugieren que los inversores siguen creyendo que el BCE y la Reserva Federal adoptarán medidas acomodaticias rápidas y masivas en 2024. Nosotros mantenemos nuestro enfoque más cauto", explica Gilles Moëc, economista jefe en la gestora.
Por ello, el experto muestra su desconcierto ante "lo agresivo que sigue siendo el mercado" en sus expectativas tanto para el Banco Central Europeo (BCE) como para la Reserva Federal (Fed).
Los inversores no se creen el mensaje lanzado desde los organismos monetarios de "tipos más altos durante más tiempo" y hacen oídos sordos a las declaraciones de los banqueros centrales, que tratan de enfriar los ánimos reiterando que "no están hablando de recortes en este momento".
"El reto para la Fed en esta coyuntura no es discutir si la relajación está sobre la mesa para 2024 -el mercado ha resuelto esto hace ya mucho tiempo- sino si podría llegar rápidamente y en el tamaño adecuado. Las preguntas y respuestas de Jay Powell en diciembre podrían haber sugerido que este era ya el escenario central del FOMC. Sin embargo, las actas sugieren que los miembros siguen siendo muy prudentes en su valoración de la situación estadounidense", añade Moëc.
En este sentido, las actas de la última reunión de la Reserva Federal (Fed), celebrada los días 12 y 13 de diciembre, pusieron de manifiesto que la política "seguirá siendo restrictiva durante algún tiempo", a la vez que mostraron un elevado grado de incertidumbre sobre cuándo podrían llegar las primeras bajadas de tipos.
De hecho, y a pesar de que en las proyecciones presentadas casi todos los participantes indicaron que, ante la mejora de los datos de inflación, sería apropiado un rango más bajo para la tasa de fondos federales a finales de 2024, varios observaron que las circunstancias podrían justificar que "se mantuviera el intervalo objetivo en su valor actual durante más tiempo" del que se había previsto actualmente.
Por lo que, en general, "los participantes destacaron la importancia de mantener un enfoque cuidadoso y dependiente de los datos para tomar decisiones de política monetaria y reafirmaron que sería apropiado que la política se mantuviera en una posición restrictiva durante algún tiempo hasta que la inflación descendiera claramente de manera sostenible hacia el objetivo del Comité", recoge el documento.
Respecto al BCE, Moëc considera que, aunque no hay grandes razones para dudar de que la inflación general reanudará dentro de unos meses su normalización, "no hay en este momento ninguna 'señal de alarma' para el BCE que obligue al Consejo de Gobierno a un giro rápido que se materialice en una bajada de tipos en marzo, a la que el mercado sigue atribuyendo una probabilidad del 50%".
Lo mismo indica de la Fed. "No parece que en estos momentos se esté produciendo en Estados Unidos ningún acontecimiento que justifique una rápida acción acomodaticia. En consecuencia, nos sigue desconcertando lo agresivo que sigue siendo el mercado en sus expectativas tanto para el BCE como para la Fed", asevera el analista.
TRES RECORTES HASTA FINALES DE AÑO
Ante el optimismo desmedido del mercado, desde AXA IM esperan tres recortes de 25 puntos básicos tanto por parte de la Fed como del BCE de aquí a finales de 2024. No obstante, sí comparten la opinión de los inversores de que los dos grandes bancos centrales occidentales actuarán de forma sincronizada.
"Pero para nosotros el escenario alternativo más plausible no sería necesariamente el mismo a ambos lados del Atlántico, y más allá del desacuerdo sobre el quantum y el calendario de los recortes de tipos, creemos que el mercado reflexiona demasiado poco sobre la posibilidad de alguna divergencia transatlántica significativa en la trayectoria de la política monetaria este año", afirma Moëc.
A este respecto, resalta que los escenarios alternativos más obvios giran en torno a los dos errores políticos clásicos. El primero de ellos, que los bancos centrales pueden haber ido ya demasiado lejos y haber urdido una "recesión propiamente dicha" que, en última instancia, llevaría la inflación por debajo del objetivo.
En segundo lugar, que hayan detenido su endurecimiento demasiado pronto, haciendo imposible que la inflación vuelva completamente al 2%.
"En nuestra opinión, la zona euro corre más riesgo de caer en el primer escenario, y EEUU en el segundo", ya que en la eurozona el efecto máximo del endurecimiento de las condiciones monetarias, dados los habituales retardos de transmisión, coincidirá con el inicio de la restricción presupuestaria.
"La materialización asimétrica de estos escenarios alternativos sería bastante perjudicial para el tipo de cambio del euro y haría aún más delicadas las decisiones de los responsables políticos", concluye Moëc.