Si no hubiera sido por asuntos como la renuncia al referéndum soberanista de Cataluña, el contagio por ébola en España y Estados Unidos, o las declaraciones de Rodrigo Rato y Miguel Blesa por el escándalo de la tarjetas opacas de Bankia y Caja Madrid, el “monotema” de la semana hubiera sido sin duda la fuerte caída de las bolsas. Las tensiones han regresado a los mercados, ante el “parón” de la economía europea y las dudas sobre la solvencia de Grecia cuando salga del rescate, pero el Ibex 35 ha conseguido mantener su balance anual plano, mientras el resto de índices europeos caen con fuerza.
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El lunes y el martes fueron jornadas de tímidas subidas en las bolsas, que no hacían presagiar la tensión de las sesiones posteriores. El miércoles, el Ibex 35 cayó con mucha fuerza y terminó con el segundo mayor descenso del año: una caída del 3,59%, algo inferior al 3,60% que se dejó el 24 de enero. Pero es que el índice llegó a hundirse intradía un 4,75%. El jueves, la bolsa española siguió perdiendo posiciones, un 1,71%, y para cerrar la semana el Ibex 35 conseguía rebotar para acabar en los 9.956,8 con su mayor subida del año, un 2,97%.
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Tras esta intensa semana, el Ibex 35 no obstante consigue mantener un saldo anual casi plano, mientras que el resto de plazas europeas están claramente en terreno negativo. Sin embargo, los porcentajes instan a la prudencia, porque el índice español ha caído desde el cierre del pasado viernes hasta los mínimos intradía de esta semana un 7,69% y, desde máximos de septiembre, cuando el mercado empezó a caer, un 16%.
El analista técnico de Bolsamanía, José María Rodríguez, advierte que las subidas del viernes no pueden considerarse más que el comienzo de un rebote, porque el volumen de negociación en las sesiones de caídas ha sido mucho más elevado que en este ascenso.
La plaza que mejor aguanta de nuevo las embestidas es la bolsa de Wall Street, aunque el S&P, el principal índice del mundo, registrado su cuarta semana consecutiva en números rojos, su peor racha desde 2011.
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