- La sanción es la más elevada que puede interponer el regulador
- Nuclenor ha pedido que se extienda la vida útil de la central hasta 2031
A pesar de que lleva dos años cerrada, la central nuclear de Garoña todavía sigue viva. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha multado a Iberdrola y Endesa con 18,4 millones de euros por cerrar la instalación atómica en 2012. Se trata de la multa más elevada que puede imponer el regulador.
Nuclenor (sociedad participada a partes iguales por Iberdrola y Endesa) decidió en 2012 cerrar la central ante la reforma energética aprobada por el Gobierno. Por ese motivo, la CNMC abrió hace justo un año un expediente sancionador contra la sociedad por cerrar la planta seis meses antes de la fecha prevista y sin razones técnicas o de seguridad que lo justificaran. Nuclenor justificó que los cambios normativos hacían inviable su funcionamiento. A pesar de ello, la compañía ahora quiere retomar la actividad de la planta y ampliar su vida útil hasta 2031.
En el comunicado de la CNMC, el organismo indica que se trata de "una infracción muy grave dado que no se puede reducir la capacidad de producción o de suministro de energía eléctrica sin la correspondiente autorización".
REAPERTURA DE GAROÑA
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) decidió ayer solicitar más información adicional al equipo técnico que está evaluando el expediente de reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña, por lo que acordó aplazar la decisión sobre los requisitos adicionales a esta central, la más antigua de España, según recoge Europa Press.
Tras cesar su actividad en 2012, y el aplazamiento durante meses de su posible reapertura por los encuentros entre Nuclenor y el Gobierno, el consejo de administración de la compañía acordó solicitar en mayo la renovación de la autorización de explotación de la instalación atómica hasta 2031, con lo que la central alcanzaría los 60 años en activo.