La noticia del día de ayer fue el avión derribado por un misil en Ucrania. Éste incidente no es el primero de la historia de la aviación comercial. En 1978 un Boeing 707 de Korean Airlines recibió varios misiles de aviones de las fuerzas aéreas de la antigua Unión Soviética. Vladimir Dmitriyev, que era el comandante de defensa aérea soviética (PVO), ordenó establecer comunicación con el avión de pasajeros de la compañía asiática, y al no recibir respuesta, ordenó que fuera derribado.
La crudeza del asunto radica en tener el dudoso honor de ser el primer vuelo de pasajeros que era derribado por la antigua URSS, pero desgraciadamente no sería el único. Tan sólo cinco años después, otro avión de pasajeros que cubría el trayecto de Nueva York a Seúl fue derribado el 1 de septiembre por haberse desviado a una zona vedada del espacio aéreo soviético en la isla Sajalín que se encuentra en el Mar Oriental. En éste vuelo no logró sobrevivir nadie, y a bordo iba un legislador republicano conservador de Gerogia Larry McDonald.
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Años más tarde, el ejército ruso admitió haber sido quién disparó sobre el avión de pasajeros después de negarlo en rotundo. Afirmaron haber sido ellos meses antes de el siguiente derribo de otro avión comercial. El 3 de julio de 1988 el vuelo de Iran Air 655 con 290 personas a bordo fue alcanzado sobre el Golfo Pérsico por el crucero Vincennes de los Estados Unidos. El avión sobrevolaba el espacio aéreo iraní cubriendo la ruta Teherán a Dubái. No hubo supervivientes.
El último desastre aéreo con relación rusa se dió en 2001 cuando la aerolínea Siberian Airlines fue alcanzado por las fuerzas militares ucranianas que se hallaban realizando entrenamientos de fuego a disparos. Murieron 66 pasajeros y los 12 tripulantes que apoyaban los servicios del vuelo. Los restos del avión cayeron sobre el Mar Negro. Nueve días después, Leonid Kuchma, presidente ucraniano por aquel entonces, pidió disculpas y asumió todas las responsabilidades del suceso.
Más de mil muertos en cinco vuelos que suponen una auténtica tragedia difícil de superar y que deja lastrados la confianza del algunos gobiernos.