• La compañía arrastra una deuda de 766 millones de euros
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Arsenal de armas en Texas.

Remington, una de las mayores fabricantes de armas en Estados Unidos, se ha declarado en bancarrota este domingo para poder llevar a cabo un acuerdo de reducción de la deuda con los acreedores en medio de la creciente presión pública y política por un mayor control de las armas de fuego en el país presidido por Estados Unidos.

El director financiero de la compañía, Stephen Jackson, ha reconocido que las ventas de Remington se desplomaron en 2017 y que el fabricante tenía dificultades para cumplir con los requisitos a los que se comprometió con sus prestamistas.

En medio de la presión pública y política que reclama un control más restrictivo de las armas de fuego

Remington, la fabricante de armas más antigua de todo Estados Unidos, anunció en febrero que reduciría su deuda de 950 millones de dólares (766 millones de euros) firmando un acuerdo con el que transferirá el control de la compañía a sus acreedores. El grupo prevé concluir su proceso de bancarrota el próximo 3 de mayo según los documentos judiciales presentados.

La declaración en bancarrota de Remington tiene lugar semanas después del tiroteo de Florida, del pasado 14 de febrero, que acabó con la vida de 17 personas en la escuela secundaria de Parkland. Aquel incidente desencadenó una intensa campaña en Estados Unidos para imponer un control más restrictivo sobre las armas de fuego.

En respuesta a esa manifestación pública de un importante sector de la sociedad estadounidense, algunas grandes compañías han tomado partido. Citigroup, compañía de servicios financieros con sede en Nuea York, anunció la semana pasada que requerirá a las compañías que comercializan con armas de fuego venderlas sólo a aquellos clientes que tienen sus antecedentes verificados.

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