No todos los bancos acreedores de Duro Felguera apoyan el plan de refinanciación de la empresa asturiana. BBVA es el único que no ha querido firmar el acuerdo, aunque a efectos prácticos no tiene demasiada relevancia: dado que se ha superado el 70% de adhesiones, el pacto es vinculante para todos los acreedores. El problema reside en que Fidentiis sea capaz de encontrar algún inversor que ponga 125 millones.
El plan de rescate de Duro Felguera contempla una quita del 75% de la deuda bancaria para facilitar la entrada de nuevos inversores en el capital. Algo que no ha gustado al banco que preside Francisco González, por lo que se ha negado a sumarse al resto de bancos acreedores. No es la primera vez, puesto que también se opuso a las anteriores prórrogas de los vencimientos, la última de las cuales se aprobó en abril.
BBVA tiene una exposición de 80 millones a la compañía de ingeniería. Con mayor riesgo que él aparecen Bankia con 85 millones, Sabadell con 115 y CaixaBank con 125. El principal acreedor es el Santander que, sumando al antiguo Popular, tiene 200 millones comprometidos. Cierra la lista Liberbank con 25 millones.
No obstante, la oposición de BBVA es más simbólica que efectiva, porque la reforma de la ley concursal de 2014 blinda los acuerdos de refinanciación suscritos por el 60% del pasivo; y en el caso de Duro Felguera, el resto de acreedores lo ha firmado. En todo caso, la única condición suspensiva real es que se encuentre un inversor dispuesto a hacerse cargo de la empresa. Pero la actitud del banco sí es una indicación clara de que no va a poner facilidades si es necesario asumir todavía mayores sacrificios para salvar la empresa.
COMPRADORES QUE PREFIEREN ESPERAR AL CONCURSO
Algo que no es en absoluto descartable. Fuentes conocedoras de la situación explican que es probable que los potenciales interesados en entrar en el capital exijan una quita mayor o nuevos aplazamientos de la deuda (esperas). De momento, Fidentiis no ha encontrado a nadie dispuesto, pero sigue buscando. Algunos potenciales salvadores de los que se habló en algunos medios, como Blas Herrero o Juan Roig, nunca llegaron a presentar una propuesta.
Más allá de la mejor o peor voluntad de la banca, el gran problema de Duro Felguera es que es inviable en su situación actual, por lo que el nuevo dueño tendría que acometer un ajuste muy duro. Y, en esas circunstancias, algunos industriales se plantean esperar a que entre en concurso de acreedores para quedarse solo con los contratos rentables ('lo bueno') y no tener que cargar con 'lo malo'.