• Con la amenaza de 60.000 millones en aranceles sobre la mesa, el gigante asiático tiene complicado llevar la batuta en las conversaciones entre ambos países
  • El mercado seguirá viviendo con la incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir al menos durante los 30 días que dura el periodo de consulta hasta que los aranceles entren en vigor
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Estados Unidos y China están negociando. Así lo publicaba este lunes The Wall Street Journal. De hecho, no son pocos los analistas que valoran el anuncio de Estados Unidos de fijar aranceles sobre China por un importe de 60.000 millones de dólares como un 'órdago' más de Donald Trump y un ejemplo claro de su tendencia a 'tensar la cuerda' para partir con ventaja cada vez que quiere negociar algo.

Se está de acuerdo en la idea de que las maneras del presidente estadounidense no son las más adecuadas ni las más diplomáticas, pero cada vez son más los que piensan que Trump no se comporta tan impulsivamente como cabría pensar, sino que lleva al extremo las situaciones con un fin. Desde que hizo pública su intención de optar a la presidencia de Estados Unidos, las situaciones similares a la actual con China se han repetido pero, lejos de cambiar de actitud, el mandatario continúa alimentándola. "Agita el espantajo, la gente va detrás y él hace sus cosas", señala a 'Bolsamanía' José Ramón Ferrandis, profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF).

Se está de acuerdo en que las maneras del presidente estadounidense no son las más adecuadas ni las más diplomáticas, pero cada vez son más los que piensan que Trump lleva al extremo las situaciones con un fin

En opinión de Ferrandis, esta forma de actuar del presidente estadounidense responde a una estrategia muy estudiada. "Es un genio. Pone al otro en una situación límite. Pone las barreras de las negociaciones a los pies del de enfrente y todo el campo es para él", añade Ferrandis.

El profesor del CEF hacía estas declaraciones a 'Bolsamanía' el pasado mes de enero, con motivo del triunfo de Trump conseguido debido a la aprobación de la reforma fiscal. Entonces ya se barruntaba que el presidente estadounidense tenía intención de anunciar en breve una ofensiva comercial que iba a tener a China en el punto de mira. Trump va a conseguir "un montón de cosas" por mucho que se hable de su incapacidad para sacar adelante sus planes. "Va a cumplir con buena parte de sus promesas políticas", aseguraba Ferrandis.

¿CONSEGUIRÁ LO QUE QUIERE DE CHINA?

The Wall Street Journal apuntaba este lunes que Estados Unidos y China están negociando con el objetivo de "mejorar el acceso de Estados Unidos a los mercados chinos". Al final, ese es el objetivo final de Donald Trump, conseguir que la situación comercial de Estados Unidos en el gigante asiático mejore y, si para ello tiene que amenazar con aranceles millonarios, lo hace.

"Si bien es cierto que las formas de la Administración Trump son en exceso agresivas y nada diplomáticas, también lo es, como han manifestado muchos Gobiernos de la UE, que actualmente no existe reciprocidad en las relaciones comerciales entre China y sus socios, por lo que este país deberá abrir sus mercados de la misma forma que sus empresas los encuentran abiertos en la actualidad en otros países, algo que no descartamos que ocurra a pesar de la fuerte 'retórica' que están usando las partes implicadas, retórica que ha provocado la huida masiva de los inversores hacia activos refugio en los últimos días, penalizando con ello el comportamiento de la renta variable mundial", señalan los expertos de Link Securities. "De cómo evolucione esta situación en el corto plazo va a depender, y mucho, el futuro comportamiento de la renta variable occidental", añaden.

Las medidas anunciadas por Donald Trump sobre China tienen un periodo de consulta de 30 días antes de entrar en vigor, por lo que es de esperar que, durante este periodo, los mercados se mueven en buena media al son de las informaciones que se conozcan al respecto. Los expertos de AlphaValue subrayan en este sentido el poder que ha demostrado Trump desde el primer momento para mover los mercados y hasta qué punto se ha convertido en artífice del 'momentum' negativo que viven actualmente las bolsas. "Donald Trump se está configurando tan efectivo como los miedos deflacionistas de finales de 2015 y principios de 2016, cuando éstos hundieron el sentimiento de los mercados de renta variable", apuntan estos analistas. "La caída del 'momentum' de mayo a septiembre del año pasado ha sido reemplazada por los temores inducidos por Trump: tipos más elevados encajan con mayores déficits como resultado de los recortes fiscales y ahora se une la guerra comercial al desastre interno del Gobierno y la CIA", precisan estos analistas.

¿Y SI NO SE LLEGA A UN ACUERDO?

Entre la posibilidad de un acuerdo comercial entre China y Estados Unidos y la posibilidad de que no haya acuerdo y se desencadene, de facto, la tan temida guerra comercial, hay una amplia 'paleta de grises' y de posibles salidas a esta situación. Al mercado le toca ahora esperar y convivir con la incertidumbre que genera no saber lo que puede acabar pasando finalmente.

"Algunos inversores podría pensar que la tendencia al empeoramiento del 'momentum' (de mercado) podría no haber finalizado, dado que veremos 'avances' en la guerra dialéctica entre mandatarios norteamericanos y chinos sobre los aranceles. Otros podrán creer que la coherencia podría volver, entendiendo que una guerra comercial no es óptima para ningún contendiente", añaden desde AlphaValue.

Los analistas de Oxford Economics están entre los que creen que la solución a esta situación no será tan sencilla y advierten de "riesgos de fricción comercial mucho más graves". En este sentido, recuerdan que durante el anuncio del memorándum con los aranceles a China, Donald Trump dijo que esta medida "será la primera de muchas", lo que acentúa el riesgo de una escalada. "Nuestro escenario de guerra comercial (...) muestra que, con restricciones comerciales más amplias impuestas por Estados Unidos sobre China, el impacto económico general en China, Estados Unidos y el mundo sería sustancial. El impacto acumulado en el nivel de PIB de China en 2018-20 sería del 1,6%. El daño colateral sería sustancial, especialmente en Asia, mientras que en Europa, Alemania se vería más afectada", señalan estos expertos.

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