¿Qué ha pasado con las previsiones económicas de hace unos años? Las hemerotecas son un buen lugar al que acudir para confirmar o echar por tierra hasta las previsiones más optimistas. Es el caso de las expectativas sobre Brasil hace unos años, cuando se esperaba que este país emergente llegara en 2015 a situarse entre las primeras economías.
El economista catalán Santiago Niño Becerra hace estas reflexiones en un artículo titulado ‘Recuerdos del ayer’, publicado en ‘La Carta de la Bolsa’.
En el texto, recuerda que en 2010 el presidente de Portugal Telecom, Zeinal Bava, aseguraba que en 2015 la economía brasileña sería mayor que la italiana “y estará casi al mismo nivel que el Reino Unido”, este análisis fallido estimaba también que sería “una de las seis mayores economías del mundo”. La previsión erró: Brasil es la séptima economía a nivel mundial según los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero se espera que la India escale a este puesto a cierre de 2015.
En aquellas declaraciones, Bava añadía que Brasil “tiene una población que cada vez consume más porque uno de los milagro de Lula ha sido la redistribución de la riqueza”. A esta afirmación, Niño Becerra añadía: “Lo que no dice es cómo se está financiando ese consumo: a crédito creciente”.
"La ventaja de las hemerotecas es esa: que se pueden constatar las cosas"
Este modelo de crecimiento mediante crédito ya ha recibido las críticas del economista en múltiples ocasiones en su aplicación a la economía española durante la época de la burbuja. Niño Becerra también ha comparado en alguna ocasión Brasil y España, llegando a afirmar incluso que “Brasil es España 2.0” y que la situación del país latinoamericano guarda paralelismos con lo que puede ocurrir en España.
Además, recordaba que “la distancia entre ricos y pobres apenas ha variado un milímetro en más de medio siglo”. “¿Se va a convertir Brasil, una economía superdependiente, en una superpotencia en medio de una crisis sistémica? Pienso que no, pero queda poco para comprobarlo”, adelantaba en el post de 2010.
“La ventaja de las hemerotecas es esa: que se pueden constatar las cosas”, señala Niño Becerra, que recomienda guardar también para su comprobación más adelante “lo de que la crisis ya es historia”.
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