- Los economistas piden reformas estructurales y estímulo a la economía
- La Fed puede quedarse sin margen de maniobra si hay nuevos shocks en la economía
Los tipos de interés llevan sin subirse en Estados Unidos desde 2006, y están en su mínima expresión desde 2008. Hasta este año la Reserva Federal no ha querido saber nada de subir los tipos. Sin embargo, los economistas advierten del peligro de dejarlos mucho tiempo en niveles históricamente bajos.
Durante todo 2015 hay una incertidumbre en torno a la Reserva Federal y sus decisiones de tipos que se ha instalado en el mercado, y se ha acelerado en el segundo semestre. Inicialmente, septiembre era la fecha por la que más apostaban traders y economistas. Pero la desaceleración de China, la caída de los principales mercados de renta variable, y la volatilidad en los mercados financieros, retrasaron esta decisión. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), que reúne a 10 miembros del sistema de bancos de la Fed con un derecho de voto que es rotatorio, votó con claridad en favor de mantenerlos entre cero y 0,25%.
Yellen: la Fed tiene que actuar y prevenir de fuerzas especulativas en los mercados financieros que pueden conducir a “una toma de riesgos inapropiada que socave la estabilidad financiera”
La propia Janet Yellen reconoció que había perturbaciones desde China y otros países emergentes que podían dañar a los mercados y afectar a la recuperación económica de Estados Unidos, así como presionar a la baja la inflación. Este discurso fue el posterior a la reunión del 17 de septiembre. Sólo una semana después, Yellen cambio su mensaje para recuperar la apuesta por una subida de tipos en 2015 y alabar la fortaleza de la economía norteamericana. Las presiones que llegan desde el exterior no se han afianzado, aseguró, y la inflación se elevará paulatinamente. Por ello, la Fed tiene que actuar y prevenir de fuerzas especulativas en los mercados financieros que pueden conducir a “una toma de riesgos inapropiada que socave la estabilidad financiera”, pronunció en la Universidad de Massachusetts, recuerda The Wall Street Journal.
En la misma línea se han pronunciado los expertos consultados por Bolsamanía. “Sin estímulo profundo y reestructuración de las economías financiera y real, los tipos en niveles cercanos a cero tienden a hacer que las estrategias especulativas sean más fáciles de jugar, porque el coste de financiación es bajo”, explica Nicolas Doisy, economista y estratega senior de Amundi. Doisy opina que los inversores menos sofisticados, y que sufren de un alto nivel de endeudamiento arrastrado de la crisis, pueden llevar a cabo apuestas demasiado arriesgadas para tratar de sobrevivir. Esto contribuye a la inestabilidad financiera.
También hay que tener en cuenta un exceso de liquidez en el mercado, apunta François de Curel, director adjunto de asignación de activos y deuda soberana en Edmond de Rothschild AM. Este exceso “tiende a impulsar los mercados financieros y no la financiación de la economía real”.
ARMA DE DOBLE FILO
Desde Amundi, Doisy opina que el mantenimiento de los tipos “es un arma de doble filo”. Esta política, al igual que las compras de activos que se vieron en 2014 con los programas de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), deben venir acompañadas de políticas fiscales y de reestructuración financiera.
“Los tipos bajos sólo hacen que las deudas existentes sean más sostenibles, pero no reducen el capital de las deudas”. Así, reclama “políticas de reducción de deuda y de crecimiento económico sostenido, como un estímulo fiscal mayor que los programas de Obama de 2008 y 2011”, recortados por la oposición republicana, añade.
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¿Y SI HAY OTRO CRASH?
Si se produjese un cambio en el ciclo estos tipos de interés impedirían a la Fed tener un gran margen de maniobra
Hay que recordar que pese a datos macro puntuales que no alcanzan las expectativas del consenso de analistas, como la actividad manufacturera de septiembre, y las dudas en torno a China, la economía estadounidense crece a paso firme. El país ha dejado atrás y como algo anecdótico la contracción del primer trimestre. Entre abril y junio, el PIB se expandió un 3,7%.
“Con unos tipos de interés tan bajos, y dado que los recortes en los tipos son un medio para 'reimpulsar' la economía, si se produjese un cambio en el ciclo estos tipos de interés impedirían a la Fed tener un gran margen de maniobra”, advierte François de Curel.
De hecho, en las últimas reuniones de la Reserva Federal y en las últimas ediciones del Libro Beige, en el que todos los bancos del sistema de la Fed comparten su visión de la economía, se constata un crecimiento moderado de la actividad económica.
En contrapartida, la inflación sigue lejos del objetivo del banco central norteamericano, que está en el 2%. En junio, julio y agosto los precios registraron incrementos raquíticos de menos del 0,2%.
Esta es una barrera que tiene la Reserva Federal para poder subir los tipos. Aunque Yellen asegura que tanto ella como los miembros del FOMC creen que la inflación repuntará en 2016 hasta la meta del banco central, todavía no es así. La teoría macroeconómica dice que una política monetaria expansiva conduce a un aumento de los precios, pero es algo que no ha ocurrido en los últimos años en Estados Unidos, primero por la depresión de la actividad económica, y después por la fortaleza del dólar y los bajos precios del sector energético.
Por ello, la política de tipos cero no parece un peligro para la estabilidad de los precios. “Mantener demasiado tiempo unas condiciones financieras demasiado laxas es peligroso para la estabilidad financiera a medio y largo plazo. Pero no tiene por qué serlo para la inflación de bienes y servicios. Y la inflación financiera se puede combatir con medidas macroprudenciales”, expone José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi.
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