• El yen se aprecia hasta su mejor cambio en cinco semanas
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Ya hace algunas semanas que se repite el mismo patrón en el mercado de las divisas. Cualquier información relacionada con el entorno del presidente estadounidense, Donald Trump, es una mala noticia para el dólar, que paga con su depreciación la prima de riesgo político que se desata sobre los movimientos de Trump o de su círculo más próximo. Y así ha vuelto a ser después de la dimisión del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer: el índice del dólar -que mide el desempeño de la moneda contra seis divisas- ha caído a un mínimo de 13 meses y el euro ha tocado de nuevo su récord de casi dos años, por encima de los 1,1680 dólares. Pero después de la publicación de los datos del PMI de Francia y Alemania, por debajo de lo esperado, el euro ha cedido cerca de un 0,4%.

La moneda de EEUU, fuertemente golpeada por el escándalo del ‘Rusiagate’, sobre los presuntos contactos entre el equipo de la campaña de Trump durante las elecciones y Rusia, y por el fracaso de la reforma del Obamacare, se ha vuelto muy sensible a las informaciones negativas que llegan desde el despacho Oval. De hecho, expertos de Credit Suisse aseguran que el llamando ‘Trump trade’, que llevó al ‘billete verde’ a múltiples récords contra las principales divisas en los primeros meses del año, se ha esfumado completamente.

Todas estas circunstancias se han interpretado por los mercados como una “señal siniestra” que pone en peligro el programa entero del republicano. Principalmente, “las ventas del billete verde se han estimulado por las dudas sobre que salgan adelante las propuestas sobre reformas de impuestos y gastos en infraestructura”, aseguran desde el banco de inversión suizo.

El comportamiento negativo de la divisa estadounidense se ha vuelto a sentir en la madrugada del lunes, después de que el índice del dólar haya caído hasta los 93,823 puntos, su nivel más bajo desde junio de 2016. El yen, por su parte, se ha disparado hasta un máximo de cinco semanas, en las 110,970 unidades/dólar.

DATOS DEL PMI Y LA FED

En la semana que arranca, los inversores del mercado de las divisas girarán su mirada hacia la publicación de los datos del PMI, que, por ahora han dejado unos resultados peores de lo esperado en Francia y Alemania. Kathy Lien, analista de BK Asset Management señala que los inversores buscarán en estos datos y también el del informe Ifo del país liderado por Angela Merkel, "un respaldo en el terreno económico a la reciente escalada del euro". Sin embargo, la analista cree que "es sólo cuestión de tiempo que el euro se aúpe hasta los 1,1800 o 1,2000 dólares, a no ser que los miembros del Banco Central Europeo (BCE) salgan en tropel a rebajar verbalmente la divisa".

Pero será la reunión del mes de agosto de la Reserva Federal de los EEUU (Fed) lo que marcará el sentimiento de los inversores hacia el dólar. "No esperamos cambios en la política (y ningún anuncio sobre el apriete cuantitativo aún) en esta reunión, aunque los riesgos están sesgados hacia una declaración ligeramente más aburrida dado que la inflación sigue decepcionando", apuntan analistas de Danske Bank.

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