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Las bolsas del Viejo Continente acaban la sesión con repuntes del 1,40% de media.
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Algunos inversores consideran que el alto ratio precio-beneficio del mercado está justificado por los bajos tipos de interés y eso, en opinión de Mark Hulbert, colaborador de MarketWatch y fundador del Hulbert Financial Digest, “parece verosímil ¿no? Pensemos otra vez... porque hay muy poco apoyo histórico a esta idea”.
Señala este experto que, para ser más exactos, casi todos los comentarios que escucha explican las elevadas relaciones precio-beneficio por el reducido precio del dinero. “Esta creencia está tan extendida en Wall Street que pocos se han tomado la molestia de echar un vistazo a los registros históricos y si lo hicieran... se sorprenderían y mucho”.
Quien si se ha tomado la molestia de echar un vistazo al pasado ha sido Clifford S. Asness, de AQR Capital Management. “Hace apenas una década publico un análisis, con datos que se remontan a hace más de un siglo. Bajo el título 'Fight the Fed Model' ('Lucha contra el modelo de la Fed') apareció en el Journal of Portfolio Management en el otoño de 2003”, recuerda Hulbert.
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En concreto, los hallazgos de Asness, explica este analista, reflejan el grado en que las fluctuaciones en una variable predicen o explican los cambios en otra. Los rangos van de cero a uno, con esta última cifra indicando el mayor grado posible de capacidad de predicción, mientras la primera significa que no hay relación detectable.
Así, con datos recogidos entre 1926 y 2001, observamos que si empleamos el ratio precio-beneficio para pronosticar la rentabilidad a un 12 meses (ó 10 años) vista es mucho mejor no ajustarlo de acuerdo a las tasas de interés vigentes. Y eso es “una mala noticia para el mercado actual”, afirma Hulbert, ya que a 12 meses, el actual ratio precio-beneficio del SP 500 es de 19 (un 23% por encima del promedio de 15,5 registrado desde 1871). Mientras que la versión ajustada de este indicador, la defendida por el Nobel Robert Shiller, es de 26 (supera en un 56% la media de largo plazo).
Entonces, “¿cómo puede alguien llegar a creer que el ratio precio-beneficio debe se debe ajustar a los tipos de interés? Se me ocurren dos explicaciones posibles: una basada en la pereza de los inversores y otra en el sesgo alcista de Wall Street”, afirma Hulbert, quien, reconoce decantarse más por la segunda opción: “La versión ajustada tiene cierta plausibilidad superficial y eso es todo lo que el mercado necesita para contarnos una historia sobre por qué debemos comprar una renta variable que, por otro lado, está cada vez más sobrevalorada”.
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En su opinión, “la verdadera prueba llagará cuando el precio del dinero comience a subir, como la mayor parte de economistas e inversores esperan, en los próximos años. Si esta tendencia alcista es 'real', entonces el mercado se deshará rápido del ratio precio-beneficio ajustado a los tipos y buscará 'historias' alternativas sobre por qué debemos invertir”, concluye Hulbert.
CONTRA LAS CORRECCIONES PRECEDENTES, TOCA REBOTAR
Con todo, a pesar de que la presidente de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, adelantó el martes que los tipos subirán antes y más de lo previsto si el mercado laboral continúa sorprendiendo positivamente, las bolsas optan por las compras este miércoles. Y es que, tras la fuerte corrección experimentada por la renta variable del Viejo Continente, tocaba rebotar. En concreto, los selectivos europeos han subido de media un 1,40%; mientras el Ibex 35 se ha anotado un 1,84%, hasta los 10.668,4 puntos.
Técnicamente, José María Rodríguez, analista de Bolsamanía, señala que “el rebote ha llevado a muchos índices europeos, como al Futuro del Euro Stoxx 50, “a las claviculares de las formaciones bajistas que se confirmaron la semana pasada”. Es decir, hay espacio para más repuntes, pero “mucho cuidado por si nos giramos a la baja”. La clave, en cualquier caso, es no perder los mínimos de la semana pasada.
Por otra parte, este experto llama la atención sobre el comportamiento del euro, y es que el martes confirmó la perforación del soporte de los 1,3574, “y parece decidido a buscar el más importante todavía en los 1,3500. Cerrar por debajo de dicho nivel, sobre todo en velas semanales, sería una clara debilidad de la moneda única, ya que estaría dando forma a una figura de claras implicaciones bajistas con objetivo en la zona de 1,3000-1,3100”.
Sara Carbonell
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