MADRID, 07 DIC. (Bolsamania.com/BMS) .- Abril de 2010, mayo de 2010, julio de 2011, octubre de 2011… así podríamos seguir durante una hora y todavía nos faltaría tiempo para enumerar todas las cumbres y encuentros (“Eurogrupos” y “Eurocofines”) que hemos padecido durante los últimos años. Ahora, nos enfrentamos, de nuevo, a una reunión “imprescindible, decisiva, determinante…”, exactamente como todas las anteriores. La pregunta es si, al igual que todos los que le precedieron, este encuentro resultará un fiasco y una decepción.
Hemos entrado en una dinámica en la que, a una semana de la cumbre europea de turno, nos dedicamos a “calentar” el encuentro. Ante lo que se suponen son decisiones clave, las Bolsas tienden a reaccionar con subidas. Unos días antes de la reunión, solemos conocer los temas que se van a tratar en ella prácticamente “punto por punto” (igual que sucederá con ésta, después de que Merkel y Sarkozy nos los hayan adelantado al comienzo de la semana), y después, la cumbre en sí sorprendentamente suele decepcionar a pesar de que, de antemano, ya sabíamos lo que se iba a plantear (y tal vez, porque, aunque es difícil que ocurra, seguimos esperando novedades y anuncios extraordinarios).
A todo esto se suma un problema añadido: la implementación de las medidas presentadas en estos encuentros. Da la sensación de que nada de lo que se decide se implementa y es que, como va a suceder en esta Cumbre, se plantearán las medidas (ya conocidas desde el lunes, repetimos) y luego, se darán los plazos para estudiarlas, ratificarlas, ponerlas en marcha… en lo que se acaba convirtiendo en un proceso demasiado opaco y complicado que no convence a nadie (porque, dicho sea de paso, hasta ahora parece que no ha funcionado).
“De aquí no va a salir nada, y lo malo es que la ratificación no llegará hasta marzo, con lo que son más meses…”, dice al respecto Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios de ASINVER, cuando le preguntamos por la cumbre del viernes. Los analistas de Ciavacco Capital Management, por su parte, ofrecen su opinión sobre el impacto que todo esto tendrá en las Bolsas: “El mercado está descontando otra solución final para Europa, algo que ha hecho en otras ocasiones, para perder posteriormente esas ganancias en días o semanas”.
LAS DOS GRANDES DECEPCIONES DE 2011 (SIN OLVIDAR LOS INNUMERABLES PEQUEÑOS CHASCOS)
Cumbre del 21 de julio
Lo que ocurrió en la cumbre del pasado mes de julio fue bastante curioso. El mismo día 21, en el que se conocieron las medidas, las Bolsas reaccionaron con fuertes alzas (del 3% en el Ibex) mientras los analistas calificaban estos planteamientos como “muy positivos”. Al día siguiente, sin embargo, empezaron a surgir las dudas y las cosas ya no se veían tan claras.
José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, hablaba entonces de medidas “brutales”, sobre todo porque son novedosas e importantes para el mercado. Especialmente, destacaba como importante el hecho de que se propusiera la extensión de los préstamos del Fondo al menos a 15 años. También le parecía muy destacada la idea del Plan Marshall de inversión para la economía griega, así como que el Fondo de Estabilidad Financiera pudiera intervenir en el mercado secundario de deuda. Además, subrayaba la propuesta de participación del sector privado en el rescate de Grecia.
Un día después, Jonathan Loynes, economista jefe de Capital Economics, decía que las medidas no eran “para tanto”. “Nosotros no creemos que este paquete por sí solo ponga fin a los efectos para un posible contagio y evite que se produzcan futuras crisis en los próximos meses”. También se mostraban escépticos los expertos de Barclays Capital. Aunque reconocían que “son buenas noticias de momento”, advertían de la falta de detalles sobre algunos puntos, como la participación del sector privado en el rescate de Grecia.
Les recordamos que las medidas concretas eran:
• Extensión de los préstamos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) al menos a 15 años.
• Tipo de interés de los préstamos hasta el 3,5%.
• El FEEF podría intervenir en el mercado por precaución.
• El FEEF podría capitalizar al sector financiero con préstamos a los gobiernos, incluyendo aquellos no rescatados.
• El FEEF podría intervenir en el mercado secundario de deuda con la ayuda del Banco Central Europeo.
• Plan Marshall de inversión para la economía griega.
• Tres opciones para la participación del sector privado en Grecia: recompra de deuda, aplazamiento y swap.
Lo verdaderamente preocupante tras este encuentro fue que los líderes europeos “se fueron de vacaciones” sin ratificar-implementar todas estas decisiones y que, al final, los mercados han vivido un verano tremendo, con fortísimas caídas achacadas, entre otras cosas, a esta “inacción europea”.
Cumbre del 26 y 27 de octubre
El pasado 27 de octubre las Bolsas subían un 5% en una jornada en la que se conocían las medidas del encuentro de dos días entre los líderes europeos. En esta reunión se comunicó la aprobación del sexto tramo de ayuda de 8.000 millones a Grecia de forma inmediata y un nuevo paquete de hasta 130.000 millones de euros para el próximo ejercicio (incluyendo 30.000 millones en créditos al sector privado).
En cuanto al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, se decidió aumentar su tamaño hasta 1 billón de euros, aunque Campuzo escribía entonces: "No hay mucho detalle del acuerdo, aplazándose al mes de noviembre".
El problema fundamental después de esta reunión fue que Papandreu decidió convocar un referendum para aprobar las condiciones europeas del rescate a Grecia, lo que inmediatamente enturbió los acuerdos concretos a los que se hubiera podido llegar y aumentó, aún más, la sensación de que en Europa las cosas no funcionan.
ACTUALIDAD DE LOS MERCADOS
A media sesión las Bolsas europeas suben alrededor de un 0,8% en una jornada claramente de transición y en medio de los rumores provenientes de fuentes alemanas según los cuales no se puede esperar que el EFSF y el ESM funcionen de forma simultánea. Además, a estas horas ya conocemos cómo ha salido la subasta de deuda en Alemania, con una demanda que no ha decepcionado tras los malos resultados de anteriores ventas (4.090 millones de euros frente a los 5.000 millones previstos). La rentabilidad pagada ha sido del 1,1%.
Nieves Amigo