MADRID, 12 MAY. (Bolsamania.com/BMS) .- Buenas intenciones, muchas. Pero ninguna conclusión, que era de lo que se trataba. El pasado sábado finalizó la reunión de dos días del grupo de las siete mayores economías del mundo, conocido como G7 y compuesto por Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y Japón. El encuentro, a puerta cerrada y de carácter informal, concluyó con una rueda de prensa del ministro de Finanzas anfitrión, el británico George Osborne, y el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King.

El principal debate sobre la mesa era el referido a la austeridad, pero no se llegó a ninguna conclusión. Por un lado, los defensores de aflojar el ritmo de los ajustes fiscales (Washington, París y Roma) frente a los defensores de los recortes como única vía para salir de la crisis (liderados por Berlín y apoyados por Reino Unido y Canadá).

El G7, eso sí, unió posturas para avanzar en un reequilibrio entre las políticas dirigidas a la reducción del déficit y al estímulo económico, pero no acordó ninguna medida concreta. En declaraciones a la prensa, el ministro de Finanzas francés, Pierre Moscovici, aseguro: "Todos hemos coincidido en la idea de que el objetivo de reducción del déficit, que aún sigue ahí, debe ser compatible con las estrategias a medio plazo”.

La reforma del sistema bancario fue otro de los candentes en la cumbre. Osborne abogó por completar rápidamente la reforma de este sistema, haciendo énfasis en el desarrollo de regímenes que permitan la bancarrota de los bancos sistémicos sin que repercute a las economías nacionales o requiera de la ayuda financiera de los gobiernos, según The Wall Street Journal. Otra de las buenas intenciones del G7 es luchar contra la evasión fiscal, mediante una "acción colectiva" y en avanzar hacia la reforma bancaria, aseguró Osborne.

L.S.
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